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ANALES                                                                            Durante la segunda guerra mundial, tanto los desplaza-
                                                                          mientos de tropas a diversas zonas del planeta endémicas para la
RANF                                                                      hepatitis infecciosa, así como la creciente utilización de vacunas, tra-
                                                                          tamientos inyectables y transfusiones, los casos de hepatitis causaron
  www.analesranf.com                                                      serios estragos entre las tropas de ambos bandos, promoviendo una
                                                                          intensa investigación experimental en seres humanos en la década
3. BREVE PERSPECTIVA HISTÓRICA SOBRE LAS HEPATITIS IN-                    de los años cuarenta. Estas investigaciones realizadas en seres hu-
FECCIOSAS                                                                 manos, de dudosa calidad ética según los criterios actuales, no hi-
                                                                          cieron sino confirmar la existencia de agentes infecciosos que
         Uno de los signos clínicos más evidentes de la hepatitis es      provocan hepatitis aguda y autolimitada, pero también agentes in-
la ictericia, que se manifiesta como consecuencia de la acumulación       fecciosos que provocan un tipo de hepatitis con curso más prolon-
de bilirrubina en piel y mucosas y es especialmente evidente en la        gado y que parecía no ser eliminado con facilidad. [revisado en (4)].
coloración amarillenta del blanco del ojo o esclerótica. El nombre
ictericia se recoge en escritos de Plinio el viejo (29-71 A.C.), donde    Harvey Alter, un estudioso de la transmisión de la hepa-
describe que la ictericia podría curarse observando un pájaro de          titis por transfusión sanguínea
color amarillo (Icteros). Si bien el nombre del signo clínico deriva
de Icteros, existen referencias a la ictericia ya en escritos babilonios          Una forma común de adquisición de la hepatitis del
y chinos allá por el 3400 A.C. Por lo tanto, la ictericia y, probable-    suero era la transfusión de sangre. En este sentido, el Dr. Harvey
mente las hepatitis víricas han acompañado al ser humano desde            Alter, del Clinical Research Center del NIH, estaba implicado en
hace mucho tiempo. La primera referencia documentada del poten-           la investigación del origen y agente etiológico responsable del
cial infeccioso de la ictericia se infiere de las recomendaciones que     elevado número de casos de hepatitis transmitidas por transfu-
el papa Zacarías hizo por carta a San Bonifacio en el año 751. Entre      sión. En la década de los 60 ya se acuñaba el término hepatitis A
dichas recomendaciones se indicaba no suministrar la Comunión a           para la hepatitis infecciosa y hepatitis B para la hepatitis del
personas con ictericia u otras dolencias y dejarlos para el final, una    suero. Con el descubrimiento accidental de un antígeno presente
vez otras personas hubieran comulgado [revisado en (4)].                  en el suero de un individuo aborigen de Australia que reaccionaba
                                                                          con pacientes hemofílicos transfundidos en diversos lugares del
         A lo largo de los años, el término ictericia epidémica o ic-     mundo por parte del Dr. Alter y el Dr. Blumberg, el denominado
tericia de campaña, dada la gran incidencia de este mal entre tropas      antígeno Australiano (6), se sentaron las bases para la identifi-
enviadas a diversas campañas, fue sustituido por el término hepatitis     cación de un agente infeccioso transmisible por la sangre, capaz
infecciosa, gracias a los estudios realizados en el siglo XVIII, donde    de transmitir la hepatitis del suero. Este hallazgo, por parte del
se observó que la ictericia coincidía con la “atrofia hepática”. A lo     Dr. Blumberg y sus numerosos colaboradores, resultó en el des-
largo de los siglos, el término hepatitis infecciosa se fue asentando     cubrimiento del agente etiológico de la hepatitis B y de un test
para describir este mal asociado a brotes esporádicos atribuible en       antigénico capaz de identificar dicho agente en los donantes de
algunos casos a situaciones de insalubridad, sobre todo a fuentes         sangre (6). Este descubrimiento, por el que el Dr. Blumberg recibió
de agua contaminada [revisado en (4)].                                    el premio Nobel 1976, permitió estudiar a fondo la hepatitis del
                                                                          suero, transmitida por el virus de la hepatitis B. En este sentido,
         A medida que la ciencia médica fue avanzando y que fue-          el Dr. Harvey Alter implementó diversas medidas preventivas para
ron existiendo tratamientos o intervenciones médicas que implica-         evitar la transmisión de la hepatitis en su centro de transfusiones.
ban la inyección de sustancias o fluidos en personas, comenzaron a        Además de emplear test sustitutivos, como la medida de las trans-
aparecer referencias a otro tipo de hepatitis, no atribuibles a las       aminasas en el plasma de los donantes, implementó los test an-
causas anteriormente mencionadas, ni con una epidemiología en             tigénicos, basados en los hallazgos conjuntos con el Dr. Blumberg
forma de brotes esporádicos. Así, el Dr. Lurmen (Brehme, 1885)            para cribar pacientes potencialmente infectados. Esta metodología
acuño el término “hepatitis del suero” tras observar una enorme           permitió reducir la tasa de transmisión de hepatitis, pero no eli-
incidencia de casos de hepatitis en una cohorte de personas inocu-        minarla completamente, siendo la tasa de transmisión aún de-
ladas con linfa de un paciente infectado por Vaccinia, como método        masiado elevada para el Dr. Alter (7).
de vacunación frente a la viruela, señalando que se sospechaba de
dicho paciente como fuente infecciosa de la hepatitis transmitida
[revisado en (4)]. Unos años más tarde, el Dr. Stokes (USA, 1920)
informaba de una incidencia mayor de lo normal de hepatitis del
suero en la Clínica Mayo en una unidad donde se trataba a pacientes
aquejados de sífilis con inyecciones de arsfenamina (5). Por lo tanto,
la idea de que además de una hepatitis infecciosa, existía un se-
gundo tipo de hepatitis, la hepatitis del suero, se fue consolidando.

                                                                          Sesión científica celebrada el 26 de noviembre de 2020 para conmemorar

                                                                                293los premios Nobel en fisiología o medicina y en química 2020
                                                                                                   Juan Ramón Lacadena, Pablo Gastaminza, Lluis Montoliu
                                                                                             An. Real Acad. Farm. Vol. 86. Nº4 (2020) · pp. 287 - 310
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