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Unos años después, en 1973, el equipo del Dr. Purcell del ANALES
NIH, pudo identificar la existencia del virus de la hepatitis A, me- RANF
diante la técnica de inmunomicroscopía electrónica (8), una técnica
que también sería empleada para el diagnóstico de pacientes in- www.analesranf.com
fectados y que el Dr. Alter empleo para el cribado de sus bancos de
sangre. La disponibilidad de test serológicos para la detección de dajes experimentales, como la hibridación con sondas de virus de
la hepatitis infecciosa (virus de la hepatitis A) y de la hepatitis del géneros a los que se sospechaba que pertenecía no-A, no-B como
suero (virus de la hepatitis B) parecía poner fin a las preocupaciones Flaviviridae o Togaviridae, sin éxito. Su experiencia en la expresión
del Dr. Alter, que por fin podría cribar los lotes de sangre para pre- de proteínas recombinantes en bacteria y los trabajos de Shimizu y
venir la transmisión de la hepatitis. No obstante, en 1975, el Dr. cols. en los que pudieron demostrar inmunoreactividad en especí-
Alter publicó la transmisión de, todavía, numerosos casos de hepa- menes histológicos de chimpancés infectados con no-A no-B (15),
titis de sangre de donantes negativos frente a antígenos de HAV o inspiraron la estrategia del equipo del Dr. Houghton para identificar
HBV (9). En este trabajo, por lo tanto, se infiere la existencia de un el agente causante de la hepatitis. Esta metodología consistió en la
agente infeccioso no-A, no-B capaz de transmitir la hepatitis por generación de librería de ácidos nucleicos, tanto RNA como DNA,
transfusión, una noción que quedó demostrada en un estudio pos- presentes en material ultracentrifugado a partir de plasma de chim-
terior mediante inoculación experimental de chimpancés con suero pancés infectados con el virus no-A no-B. Estas colecciones de se-
de pacientes con hepatitis no-A, no-B, que desarrollaron la enfer- cuencias se clonaron en un fago recombinante lgt11, vector capaz
medad y establecieron el primer modelo experimental para este de inducir la expresión de los cDNA presentes en la colección en bac-
nuevo agente infeccioso. Las observaciones clínicas del Dr. Alter y terias. La expresión de antígenos no-A, no-B sería posteriormente
otros, llevaron a identificar al virus no-A, no-B como un agente in- detectada mediante anticuerpos de pacientes convalecientes. Este
feccioso responsable del desarrollo de hepatitis crónica y de su evo- proceso de cribado de miles de secuencias presentes en material in-
lución hacia cirrosis (10). feccioso obtenido de chimpancés produjo numerosos resultados ne-
gativos, pero llevó a la identificación de un único clon molecular
Tras este éxito, siguieron años de frustración por la inca- capaz de expresar antígenos susceptibles de ser reconocidos por los
pacidad de aislar el agente infeccioso mediante su propagación en sueros (16). En este sentido, la utilización de un suero de un paciente
cultivos celulares, algo que sin duda, retrasó la caracterización de con una hepatitis particularmente severa pareció ser la clave para
lo que luego vendría a denominarse como el virus de la hepatitis C la identificación del clon 5-1-1, que codifica el antígeno C100-3 (16).
(11). En estos años, el único modelo de infección experimental con-
tinuó siendo el del chimpancé, lo que llevó a tener que emplear di- La secuenciación de dicho clon, así como la de otros clones
chos animales para establecer parámetros tan básicos como el portadores de la secuencia, permitieron ensamblar un genoma viral
diámetro aproximado (60 nm) (12) o la presencia de una envuelta de cadena sencilla y polaridad positiva de unas 9,600 nucleótidos
lipídica de la partícula infecciosa (13). de longitud, con un único marco de lectura abierta flanqueado por
dos regiones aparentemente no traducidas (16). Este genoma re-
Michael Houghton: Técnicas moleculares para identificar lacionaba filogenéticamente a este agente con la familia Flaviviri-
el agente causante de la hepatitis no-A, no-B dae, que pasó a fundar un nuevo género de los Hepacivirus, bajo
el nombre de virus de la hepatitis C (16).
La imposibilidad de aislar el virus causante de la hepatitis
no-A, no-B llevó a los investigadores a tomar estrategias alterna- El descubrimiento de una secuencia codificante de antígenos
tivas a las de la virología clásica para identificar inequívocamente del agente responsable de la mayor parte de las hepatitis crónicas se
el agente infeccioso. Una de estas estrategias fue la tomada por el presentó como una oportunidad para el Dr. Houghton para poder ex-
equipo del Dr. Michael Houghton en la empresa Chiron (California, presar dichos antígenos de forma recombinante con el objetivo de im-
EEUU). El Dr. Houghton era experto en clonaje molecular y expre- plementar el diagnóstico serológico de pacientes infectados por el virus
sión de genes en sistemas recombinantes, como así atestigua su tra- de la hepatitis C (17). Esta metodología, publicada por el propio
bajo sobre el gen del interferón beta humano, que clonó y expresó Houghton en colaboración con Dr. Alter, fue empleada para demostrar
de manera recombinante en bacterias (14). El Dr. Houghton estaba de manera retrospectiva y prospectiva que muchos pacientes de la he-
implicado en el clonaje y caracterización de los ácidos nucleicos del patitis no-A, no-B eran portadores de anticuerpos que reconocían an-
virus de la hepatitis no-A, no-B. Para ello tomaron diversos abor- tígenos del recién descubierto virus de la hepatitis C (17,18). En años
posteriores, la implementación de tests basados en antígenos inmu-
Scientific session held on november 26, 2020 to commemorate nodominantes permitieron una notable reducción de los casos de he-
patitis adquirida mediante transfusión (19,20), algo que se reflejó
294 the nobel awards in physiology or medicine and in chemistry 2020 claramente en el número de casos de hepatitis aguda en EEUU. Estos
Juan Ramón Lacadena, Pablo Gastaminza, Lluis Montoliu logros en los que los Drs. Alter y Houghton estuvieron implicados, más
allá de confirmar la existencia de un nuevo virus capaz de transmitir
An. Real Acad. Farm. Vol. 86. Nº4 (2020) · pp. 287- 310 hepatitis crónica, permitieron un control parcial de su propagación
mediante la implementación de tests serológicos de diagnóstico y cri-
bado de los bancos de sangre (19,20).