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Ciencia
y
simbiosis:
retos
y
logros
mantener
vida
celular
independiente
(aislada
del
medio
por
una
membrana,
con
metabolismo
propio
y
con
capacidad
de
evolucionar
(10).
Es
mucha
la
información
que
hemos
aportado
a
ese
concepto
estudiando
bacterias
simbióticas
con
genomas
naturales
reducidos.
Y
ahora
la
célula
mínima,
algo
empíricamente
factible,
forma
parte
a
su
vez
de
otro
concepto,
el
de
“chasis”,
una
dotación
genética
dada
a
la
que
se
le
puede
añadir
cualquier
tipo
de
complemento
genético
para
la
fabricación
de
entes
biológicos
nuevos,
algo
con
enormes
posibilidades
en
sectores
tan
estratégicos
para
la
ciencia,
la
economía
y
la
sociedad,
como
son
la
biotecnología,
la
biorremediación
o
la
biomedicina.
El
mundo
vivo
está
plagado
de
simbiosis
y
nuestro
cuerpo
está
repleto
de
microorganismos.
Por
razones
que
se
pierden
en
la
noche
de
los
tiempos
de
la
lucha
contra
la
enfermedad
infecciosa,
siempre
hemos
visto
al
microorganismo
como
un
agente
patógeno.
Pero
lo
cierto
es
que
si
tuviéramos
que
hacer
balance,
probablemente
tendríamos
que
concluir
que
es
mucho
mayor
el
número
de
microorganismos
con
efectos
benéficos
sobre
nuestra
salud
que
el
de
patógenos
con
efectos
maléficos
sobre
la
misma.
Simplemente
es
que
a
los
beneficiosos
no
les
podíamos
prestar
la
atención
que
se
merecen
porque,
entre
otras
cosas,
era
difícil
el
poder
aislarlos,
cultivarlos
o
identificarlos.
Pero
el
panorama
ha
cambiado.
Con
los
avances
que
se
han
producido
en
los
últimos
años
en
el
campo
de
las
diferentes
ciencias
genómicas
hemos
asistido
al
despliegue
de
un
nuevo
mundo
microbiano
fascinante
que,
en
el
caso
de
los
humanos,
se
traduce
en
el
concepto
del
“microbioma”.
Nos
encontramos
ahora
mismo
en
los
comienzos
de
su
estudio
y
nos
estamos
quedando
atónitos
por
el
importante
papel
que
parecen
jugar
en
nuestra
salud.
Como
tan
genialmente
lo
ha
descrito
el
Dr.
Fernando
Baquero,
el
microbioma
es
ese
último
órgano
ubicuo
de
nuestro
cuerpo
por
estudiar.
No
es
por
lo
tanto
circunstancial
el
que
dos
kilos
de
nuestro
peso
corporal
sea
microbiano
ni
que
el
número
de
genes
microbianos
sea
varios
órdenes
de
magnitud
superior
al
número
de
genes
humanos.
CONCLUSIÓN
La
ciencia
española
se
beneficiaría
enormemente
si
el
Gobierno,
y
la
sociedad
en
general,
entendiera
que
el
coste
que
supone
su
mantenimiento
tiene
retorno
en
forma
de
beneficios
de
variada
índole.
Eso
es
exactamente
lo
que
ocurre
en
la
naturaleza
cuando
dos
organismos
entran
en
simbiosis,
pues
probablemente
la
mejor
estrategia
para
la
supervivencia
de
ambos
sea
la
cooperación,
es
decir,
el
proporcionarse
beneficio
mutuo.
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