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ORIGEN
DPTO
BIOQUÍMICA…
como
“troncales”
obligatorias;
y
“Biología
Molecular”
(en
este
último
año
de
carrera),
como
optativa.
3.
DE
LAS
MEMORIAS
ANUALES
DE
ACTIVIDADES
En
la
década
de
1970,
dentro
de
un
ambicioso
proyecto
de
ampliación
de
la
oferta
de
otras
nuevas
Licenciaturas
y
ante
la
oportunidad
de
completar
el
área
biosanitaria,
de
gran
tradición
en
la
Universidad
salmantina,
“el
entonces
Rector
de
esta
institución,
Prof.
D.
Felipe
Lucena
Conde,
en
junio
de
1970,
inicia
ante
el
Ministerio
de
Educación
los
trámites
necesarios
para
la
implantación
en
Salamanca
de
los
estudios
universitarios
de
Farmacia”
(2).
Ahora
bien,
así
como
la
creación
de
la
Sección
de
Ciencias
Biológicas,
en
la
inmediata
década
anterior,
gozó
de
las
máximas
facilidades
dentro
de
los
programa
ministeriales
–al
estimarse
que
existía
realmente
carencia
de
modernos
biólogos
en
España,
porque
no
había
habido
hasta
poco
antes
más
de
dos
Secciones
de
Ciencias
Naturales
(en
Madrid
y
Barcelona)
para
formarlos--,
parecía
que
era
menos
indispensable
establecer
una
Facultad
de
Farmacia
en
Salamanca,
dada
su
relativa
proximidad
geográfica
a
Madrid
y
el
tradicional
ámbito
de
influencia
de
la
Facultad
de
Farmacia
de
Santiago
en
esta
zona,
compartido
con
el
similar
de
la
madrileña.
Lucena
–persona
a
quien
no
arredraban
los
obstáculos
y
dotado
de
imaginación
y
habilidad
para
superarlos--,
halló
la
fórmula
para
resolver
los
problemas
proponiendo
(o
aceptando)
la
fórmula
“intermedia”
de
creación
de
una
Facultad
“no
orgánica”
de
Farmacia.
Así
lo
logró,
por
Decreto
2484/1971,
de
17--IX--
1971,
BOE
del
18--X--1971”
(2).
El
entonces
Decano
de
la
Facultad
de
Ciencias,
Prof.
D.
Joaquín
de
Pascual
Teresa,
asumió
las
funciones
de
Decano
de
Farmacia.
Tanto
el
personal
docente
como
el
de
Administración
y
Servicios
(de
modo
muy
intenso
la
Jefe
de
la
Secretaría
Dña.
Araceli
Mateos)
de
aquella
Facultad,
así
como
especialmente
el
Profesorado
de
los
Departamentos
de
Botánica,
Microbiología,
y
Bioquímica
y
Biología
Molecular
de
la
de
Biología
aportaron
su
generosa
colaboración
a
esta
labor
durante
varios
años,
hasta
que
se
fueron
formando
otros
colegas
en
la
nueva
institución
o
llegaron
desde
otras
(a
medida
que
se
fue
consiguiendo
la
dotación
de
plazas
de
Agregado
o
Catedrático),
quienes,
en
perfecta
coordinación
con
los
primeros,
los
fueron
reemplazando.
“Sólo
tres
años
escasos
después
de
la
creación
de
esta
Facultad
como
“no
orgánica”
se
publicó
el
Decreto
que
le
confería
el
rango
de
“orgánica”,
idéntico
al
de
las
restantes
(BOE
de
4--IX--1974)”
(2).
El
primer
catedrático
de
la
misma
fue
el
entonces
joven
y
ya
prestigioso
Prof.
Alfonso
Domínguez--Gil
Hurlé,
formado
al
lado
del
no
menos
acreditado
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