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MARIANO ESTEBAN RODRÍGUEZ  AN. R. ACAD. NAC. FARM.

de enfermedades humanas en modelos animales. Recientemente,
utilizando siRNAs introducidos por vía sistémica en forma de lipo-
somas se ha demostrado que se puede silenciar (90%) en macacos el
gen de la apoliproteína B (APOB) en el hígado durante 48 horas
después de su administración, con la consiguiente reducción en los
niveles de colesterol (46). Hace falta realizar más experimentación
para demostrar carencia en toxicidad del producto y que se obtiene
silenciamiento completo y de larga duración en genes implicados en
enfermedades neurodegenerativas (ejemplo, hungtintina, Sca I, ata-
xia, B-amiloide, tau y otros).

3. Represión específica de genes y regulación del desarrollo
3. de organismos

    Una de las grandes aplicaciones del RNAi ha sido su utilización
para reprimir de forma específica la funcionalidad de genes celula-
res y asignar funciones a los mismos, lo que ha supuesto un salto
espectacular en genómica funcional y en biología del desarrollo.
Básicamente, el producto es introducido en una célula en forma de
siRNA o shRNA, actuando de vehículo un vector no viral o viral, y
llevando en su secuencia promotores adecuados para su producción
intracelular y silenciamiento del gen específico al activarse el siste-
ma Dicer-RISC (47). De esta manera se ha conseguido silenciar
multitud de genes en células en cultivo y esencialmente se podrá
silenciar cualquier gen de interés en un organismo. Un ejemplo se
indica en la Figura 9, donde el RNAi se puede utilizar para silienciar
mRNAs que codifican para proteínas involucradas en la ruta endo-
cítica de procesamiento de moléculas. Mediante RNAi se puede dis-
criminar qué parte de la maquinaria endocítica es necesaria para la
morfogénesis y salida de virus de la célula.

4. Control de la expresión de la cromatina por RNAi

    Después del descubrimiento del RNAi, se observó que el proceso
de regulación trascripcional en plantas, PTGS, se debía a una supre-
sión en la transcripción de la heterocromatina (48), fenómeno que
luego se extendió a S. Pombe, Drosophila y vertebrados (47, 49).

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