Page 31 - 72_01
P. 31

VOL. 72 (1), 75-82, 2006  DERECHOS DE LOS ANIMALES VERSUS INVESTIGACIÓN...

que luego en el «redil» del hormiguero extraen el jugo que almace-
nan en ciertas glándulas, a modo de ordeño, para su propia nutri-
ción. O el caso de felinos que aún estando saciados cazan presas
para zarandearlas, seguramente, como ejercicio o entrenamiento (por
ejemplo, el gato con el ratón).

    La especie humana no es una excepción ya que, por un lado,
está conformada por la evolución biológica como de alimentación
omnívora, y por otra parte dadas sus limitaciones físicas —carencia
de pelo corporal, lentitud, debilidad...— debe beneficiarse de otras
especies para realizar funciones —cubrirse con pieles (durante la
cuarta glaciación), transporte, fuerza de trabajo— que en ocasiones
le han sido absolutamente necesarias para pervivir o que normal-
mente le facilitan la vida a fin de desenvolverse con menor desgaste.

    Por lo tanto, se puede considerar que la utilización de los ANH
por nuestra espacie es algo establecido por la Naturaleza, a semejan-
za de lo que ocurre con multitud de otros órdenes de animales. Si
bien, es de destacar que a diferencia de los ANH, nosotros podemos
modificar no sólo nuestros hábitos, sino incluso nuestros instintos,
por ejemplo, se puede vivir normalmente prescindiendo de carne,
leche y huevos, aunque el diseño de nuestra especie incluye esos
nutrientes en su alimentación.

    Este hecho significa que los humanos pueden acuñar conceptos
y realizar prácticas distintos a la Leyes de la Naturaleza, como es,
precisamente, el concepto de Ética y sus derivados: el respeto a la
vida, respeto a la Naturaleza, los conceptos de crueldad o de abu-
so..., que no existen en la Naturaleza excepto en la especie humana,
donde son autoimpuestos por ésta. Tan singular hecho supone que
por razones éticas debemos también autoimponernos límites a de-
terminadas acciones. Veámoslo.

    Repasemos en qué situaciones usamos de ANH: ya hemos visto
que nos son necesarios en la alimentación y muy convenientes en
otras ocasiones, en cambio, hay otras muchas maneras de utiliza-
ción de ellos, que no son absolutamente necesarias y aún superfluas:
animales de compañía, de defensa, ornamento (cisnes, pavos rea-
les...), espectáculos (circos, cine, fiestas, riñas...), deportes (caza,
pesca, carreras...), colecciones (zoos, safaris...), industriales (pelete-
ría, cosmética, materias primas...), y otras muchas.

                          77
   26   27   28   29   30   31   32   33   34   35   36