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VOL. 71 (4), 993-1005, 2005  NECROLÓGICA DON ÁNGEL SANTOS RUIZ

oposiciones a cátedra, en la que solían naufragar quienes habían
realizado mayoritariamente labor investigadora en detrimento de la
docente.

    3.º Siendo Decano de la Facultad de Farmacia madrileña el
prestigioso (y entonces anciano) Catedrático —también Director que
fue de esta Real Academia— Don José Casares Gil, fue elegido
Vicedecano el joven Catedrático Santos Ruiz; y, jubilado aquél, en
1951 fue elegido Decano Don Ángel, quien desempeñaría el cargo
durante quince años mediante sucesivas y unánimes reelecciones
celebradas cada tres años, hasta que voluntariamente renunció y fue
nombrado Decano honorario a propuesta del Claustro.

    No siempre debió de resultar sencillo al animoso Decano conseguir
que la Facultad funcionara adecuadamente, dadas las dificultades de
la época (con restricciones eléctricas, falta de aparatos y reactivos,
etc.). Recuerdo que gestiones personales de Don Ángel lograron ven-
cer la resistencia de algunos (pocos) colegas que intentaron escudarse
en la ausencia o escasez de medios materiales o personales para no
impartir alguna asignatura de Doctorado o las prácticas correspon-
dientes. Frente a la cómoda «voluptuosidad de la queja», ya desenmas-
carada años atrás por el salmantino Rector Unamuno, el Decano
Doctor Santos, por un lado daba ejemplo de lo que se podía hacer
(dentro de las limitaciones de entonces) y él hacía en su Cátedra; y,
por otro, asignaba a dichos compañeros fondos con destino a tales
actividades, logrados por él no sin dificultad.

    Análogamente, su generosidad llegaba a ceder plazas de Adjunto
o de Ayudante a Cátedras cuyas necesidades eran a veces inferiores
a las de Bioquímica, en las correspondientes distribuciones.

    De la instalación de un comedor para estudiantes y otro, más re-
ducido, para profesores, así como un gimnasio —en el que el joven
Decano hacía algún ejercicio que causaba sorpresa y admiración en-
tre los alumnos—, y la ampliación del Museo de la Facultad de Far-
macia, nuestros colegas Académicos Doctores Pedro Malo y M.ª
Carmen Francés pueden hablar con mayor detalle, pues ellos y otros
compañeros tengo entendido que participaron en tales realizaciones.

    Asimismo, en relación con esta etapa decanal de Don Ángel, con-
viene destacar que gracias a su habilidad diplomática y su prestigio se

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