Page 201 - 71_04
P. 201

VOL. 71 (4), 951-963, 2005  NECROLÓGICA DON SEGUNDO JIMÉNEZ GÓMEZ

               «Don Segundo es uno de esos discípulos excepcionales
          que, de vez en cuando, nos nacen a quienes ejercemos el
          magisterio; de esos que están por encima de nuestros méritos
          y que forman algo así como las perlas de la corona con que
          suelen obsequiarnos los años de ejercicio procurando dejar
          nuestra huella a través de la claridad de los que nos sucedan.
          Aquí tenéis un caso así».

    La Academia ha sido un estímulo para mantener viva su vocación
y su plataforma intelectual en la que impartió conferencias, cursos
de doctorado y desarrolló iniciativas y desde la que se proyectó a
otros focos para seguir dictando lecciones, participando activamente
en cursos de verano y organizando, por ejemplo, los Congresos In-
ternacionales de la Asociación Nacional de Químicos de España de
los años 90-92-94 y 96.

    Es la hora de ir acabando, no porque no haya más cosas que
decir, unas no las digo porque otros van a incidir sobre ellas, y otras
pertenecen a esa comunicación personal en la que se confunden los
consejos del maestro, las inquietudes del compañero de profesión y
la confianza del amigo.

    Nosotros, mi mujer y yo, nos quedamos con muchos recuerdos
pero, sobre todo, quizá por ser el último, con el de aquella reunión
del 29 de octubre en la que lleno de vida, en una conversación a
ocho bandas, larga, variopinta, aguda, chispeante, optimista, nos
estábamos despidiendo, sin saberlo, de un hombre que hizo de su
vida un culto a la profesión con la creencia firme de que aquel era
el camino para proyectarse en la Sociedad y alcanzar la Gloria.

    Consiguió su objetivo con honor y nos deja un legado ejemplar
de trabajo y amistad. Con estos aplausos va nuestro agradecimiento.

                            963
   196   197   198   199   200   201   202   203   204   205   206