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MANUEL DOMÍNGUEZ CARMONA AN. R. ACAD. NAC. FARM.
dos con hipertonía del esfínter anal o a complicaciones trombóticas
recurrentes de hemorroides externas evanescentes, consiguiendo así,
por lo general, poco alivio de los síntomas. Esto puede llevar a la
estigmatización de los pacientes como portadores de lesiones recu-
rrentes o de complicaciones post-quirúrgicas. El calor local, seco o
húmedo, disminuye la presión anal basal, aunque este efecto es
mayor entre los pacientes con lesiones o heridas anales que en los
controles (Dodi y cols. 1986). La aplicación tópica de nitroglicerina
tópica, que puede causar cefalea y es taquifiláctica, o de diltiazen
tópico, mejor tolerado o 20 mg de nifedipino oral cada 12 h que
reducen la presión anal en reposo en un 20% a 30%. El biofeedback
se basa en que a cada contracción del esfínter externo le sigue una
relajación refleja de ambos esfínteres, disminuyendo la presión basal
junto con sesiones de reeducación trimestrales. Otra técnica es la
electromodulación de las raíces sacras. Una alternativa puede ser la
inyección de toxina botulínica en la masa del puborrectal (Hallan y
cols. 1998) que reduce la presión anal basal y la de esfuerzo.
HIPERHIDROSIS
La producción de calor por el organismo es un proceso necesario
para mantener la temperatura interna pero su exceso produce el te-
mible golpe de calor; para evitarlo el organismo dispersa calórico por
conducción, por convección y por la transpiratio insensibilis de unos
100 ml diarios de vapor de agua. Cuando se han superado esos meca-
nismos aún disponemos de la producción de sudor, que puede llegar
a 50 ml por minuto durante un corto tiempo y hasta 12 litros al día.
El sudor que se evapora arrastra calor de nuestra superficie. El sudor
es producido por las glándulas sudoríparas controladas por el siste-
ma nervioso simpático, de tipo colinérgico, controlado por centros
hipotalámicos sobre los que actúan la temperatura ambiental, las
emociones, especialmente por el miedo (la sudoración emocional, no
se presenta durante el sueño), las situaciones estresantes y algunos
alimentos. Una respuesta excesiva a estos estímulos aumenta el su-
dor especialmente en axilas, manos y pies ricas en glándulas. La hi-
perhidrosis no debida a la necesidad de eliminar calor puede ocasio-
nar importantes trastornos psicológicos, perturbando la calidad de
vida. La hiperhidrosis se trata con antiperspirantes tópicos como el
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