Page 96 - 70_01
P. 96

B. LAFFON LAGE Y COLS.  AN. R. ACAD. NAC. FARM.

te reacciones de fase II del metabolismo, y dar lugar, finalmente, a
conjugados con la cisteína.

    Se considera que el estireno posee una toxicidad aguda de baja
a moderada tanto en humanos como en animales de laboratorio,
siendo sus principales efectos la irritación de la piel y del tracto
respiratorio y la alteración del sistema nervioso central (Bond, 1989).
Respecto a la toxicidad crónica del compuesto, se ha investigado
fundamentalmente su carcinogenicidad, debido a la existencia de
diversos estudios que sugieren un incremento del riesgo de mortali-
dad por leucemia o linfoma asociado a la exposición a estireno
(Matanoski et al., 1990; Bond et al., 1992; Santos-Burgoa et al., 1992).
Sin embargo, existen otras investigaciones cuyos datos no corrobo-
ran dicha hipótesis (Newhook et al., 1994). La explicación más plau-
sible para las discrepancias existentes radica en la exposición simul-
tánea de los individuos a otros compuestos y en la debilidad de las
relaciones dosis-respuesta descritas (Keshava y Ong, 1999).

    En cuanto a la actividad mutagénica y clastogénica del estireno,
existe una gran variedad de trabajos publicados, y los datos sugieren
que el estireno es mutagénico únicamente tras activación metabólica
(Bond, 1989; Scott y Preston, 1994), ya que las respuestas genotóxi-
cas positivas han requerido generalmente la presencia de un sistema
activador externo, y se propone como principal elemento de interac-
ción con el material genético un metabolito del estireno (Kligerman
et al., 1992; Vaghef y Hellman, 1998). Los efectos genotóxicos de
estireno paracen ser imputables al SO, dado el carácter electrofílico
y altamente reactivo del anillo oxirano que conforma su estructura,
ya que posee una elevada capacidad para unirse covalentemente a
moléculas de alto peso molecular, como por ejemplo proteínas plas-
máticas, hemoglobina, ácidos nucleicos, etc. Las consecuencias prin-
cipales y más directas de esta unión son la formación de aductos,
entre los que destaca el de la posición N-7 de la guanina (Marckzins-
ky et al., 2000), que desestabilizan el enlace N-glucosídico que une
la base nitrogenada a la desoxirribosa en el ADN, lo cual conduce a
la pérdida espontánea de la base generando sitios apúricos o apiri-
midínicos y posteriormente roturas de cadena. De hecho, el SO ha
demostrado capacidad para inducir aberraciones cromosómicas,
intercambios entre cromátidas hermanas, micronúcleos y daño so-
bre el ADN (Scott y Preston, 1994; Laffon et al., 2001a y 2002), y

98
   91   92   93   94   95   96   97   98   99   100   101