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M. T. SAN MIGUEL Y COLS. AN. R. ACAD. NAC. FARM.
— Existe una asociación consistente entre la administración del
medicamento, o de la combinación nutriente/medicamento y
el resultado observado.
— Existe una razonable relación temporal.
— La asociación es mecanísticamente verosímil.
El conocimiento, cada vez mayor sobre los aspectos fisiológicos,
nutricionales y farmacológicos hace cada vez más factible predecir
y prevenir los efectos adversos que puede derivarse de las interaccio-
nes que se producen entre nutrientes y medicamentos (Esparza y
Martínez, 1994). Sin embargo, es necesario tener en cuenta que las
interacciones se producen en una situación real y no deben inducir
al profesional sanitario a tratarlas sistemáticamente como contrain-
dicaciones estrictas, sino a considerar la necesidad de su valoración
individual en el paciente en relación tanto a la farmacoterapia como
a la ingesta de alimentos. En este sentido, Fuhr en 2000 recomendó
abandonar las combinaciones de medicamentos razonables desde un
punto de vista terapéutico que produzcan un riesgo de interacción
solamente cuando existan otras opciones que sean equivalentes tera-
péuticamente.
En primer lugar, es necesario realizar una cuidadosa historia
clínica que incluya toda la información sobre la ingesta de alimen-
tos, alcohol y plantas medicinales (Evans, 2000; Richardson, 2001;
Rogers y col., 2001). Otro factor a considerar son los alimentos
enriquecidos en micronutrientes, sobre cuyos problemas han llama-
do la atención recientemente algunos autores (Sandstrom, 2001).
Los grupos de población con un riesgo de interacciones especial-
mente elevado deben recibir especial atención, tal como sucede en
los ancianos, mujeres embarazadas, etc. También los pacientes de
unidades de larga estancia, que suelen ser principalmente ancianos
y pacientes con enfermedades crónicas, deben ser monitorizados por
profesionales adecuados (Lewis, 1995).
Uno de los aspectos más importantes que debe investigarse en
este campo, consiste en establecer, a lo largo del día, los tiempos
más convenientes de ingestión de medicamentos y alimentos, de
manera que se eviten las interacciones perjudiciales y se potencien
los efectos terapéuticos buscados.
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