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VOL. 69 (3), INFORMACIÓN ACADÉMICA
de los fármacos una de sus principales aportaciones. De hecho, la vida se
sustenta en las reacciones bioquímicas, por lo que química y biología le-
jos de ser conceptos contrapuestos son ambos naturales; así es que un
fármaco puede definirse como una molécula de tal estructura química que
es capaz de producir efectos biológicos beneficiosos. De ahí el concepto
de dianas farmacológicas como las biomoléculas a las que se deben dirigir
los “principios activos” para que resulten selectivos y eficaces.
De forma resumida pero muy didáctica y esclarecedora, la autora
repasa los principales hitos históricos que han dado lugar al espléndido
panorama actual de la búsqueda y obtención de sustancias de uso en tera-
péutica, desde el descubrimiento de los fenoles como desinfectantes, pa-
sando la aplicación de colorantes como pro-fármacos, que son metaboli-
zados en el organismo dando lugar a sulfamidas de acción quemoterápica;
así como el aislamiento de principios activos de origen natural y posterior
síntesis de los mismos, con multitud de aplicaciones, que incluyen el des-
cubrimiento en 1928 de la penicilina que abre la importante época del de-
sarrollo de los antibióticos, hasta el actual auge de la biotecnología.
Se subraya la importancia del estudio de la conformación de las
moléculas con respecto al efecto farmacológico que producen (relación
estructura-actividad) y la manipulación química que se pueda hacer de los
grupos activos desarrollando bioisósteros, que permiten mejorar el efecto
o la seguridad de los nuevos fármacos. De lo que se exponen algunos
ejemplos significativos como la obtención de “cabezas de serie” como la
clonidina, el cromakalim y otros.
En la actualidad, el “diseño racional” o diseño de novo se funda en
el conocimiento de las bases moleculares en las que se asientan los proce-
sos biológicos y especialmente los patológicos, lo que implica el descu-
brimiento de las dianas farmacológicas antes comentadas. Ello ha permi-
tido el desarrollo de moléculas con estructuras que les confieren afinidad
con los distintos tipos de receptores, de lo que son ejemplos los antagonis-
tas H2, los â-bloqueantes, etc... Así como los inhibidores de proteasas,
como pueden ser los inhibidores del enzima convertidor de angiotensina,
de elastasas, de trombina e incluso de enzimas retrovirales.
Igualmente, el conocimiento de las bases moleculares de los pro-
cesos biológicos proporciona el entendimiento del mecanismo de acción
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