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E. BARCIA S. NEGRO  ANAL REAL ACAD. NAC. FARM

        Además, hay que tener en cuenta que la unión fármaco-proteína
puede tener carácter restrictivo o permisivo. En el primer caso, el fármaco
está retenido casi exclusivamente en el compartimento donde se encuentra
la proteína responsable de la unión. En esta situación, el volumen aparen-
te de distribución es bajo, al ser más elevada la concentración total de
fármaco en plasma. Por el contrario, cuando la unión es permisiva, los
volúmenes aparentes de distribución son más elevados, con valores supe-
riores a 0,6 l/kg.

        El desplazamiento de sustancias endógenas unidas a proteínas por
fármacos que compiten por los mismos puntos de unión puede ocurrir, si
bien estas interacciones no presentan gran repercusión. Así por ejemplo,
un pequeño desplazamiento de la hormona tiroidea o el cortisol, que se
unen específicamente a proteínas plasmáticas, no suele tener consecuen-
cias importantes, ya que los mecanismos fisiológicos de control contra-
rrestan la perturbación ocasionada.

        En otras ocasiones, la interacción resulta más relevante desde el
punto de vista clínico. Así ocurre con el desplazamiento de la bilirrubina
unida a la seroalbúmina por la administración de fármacos como el sulfi-
soxazol, en la que se produce un incremento de la fracción libre de bili-
rrubina en plasma, que accede a distintos compartimentos. Este aumento
de la fracción libre puede ocasionar retraso mental en niños e incluso la
muerte, debido a la dificultad que presentan los recién nacidos para elimi-
nar dicha sustancia endógena, como consecuencia de la escasa madurez
de sus equipos enzimáticos (Figura 5) (62).

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