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VOL. 76, (2) 2001 GEOQUÍMICA DE LAS AGUAS DE GALICIA
superior del suelo, que en Galicia es muy abundante por tener un clima
templado y lluvioso.
En los granitos predominan la ortosa (feldespato potásico) y la
albita (feldespato sódico), que al descomponerse, se transforman en
arcilla (sólido), ácido silícico (solubilizado), y potasio y sodio en estado
íonico en el agua (7); pero el potasio queda absorbido por la arcilla
residual, de ahí que las aguas continentales no contienen apenas este
elemento y por el contrario, si lo tienen las aguas de procedencia marina.
Cuando las rocas magmáticas son del tipo granodioritas, abundan
en ellas las plagioclasas, es decir, los feldespatos sódico-cálcicos, que al
descomponerse, proporcionan iones de calcio, ademas del sodio,
pudiendo predominar el primero. Tanto estas aguas como las anteriores
pueden contener algo de hierro, procedente de la alteración de las micas
férricas y también, en muchos casos, litio, del mineral espodumena del
grupo piroxeno y la mica litínico-potásica o lepidolita, que abundan en los
granitos y neises.
Los iones sulfuro y fluoruro suelen encontrarse en las aguas
bicarbonatadas de los manantiales que surgen en los macizos graníticos y
granodioríticos, proceden de los filones hidrotermales, que tienen
minerales metálicos con esos aniones, como son la pirita y otros sulfuros
y la fluorita respectivamente.
El anión cloruro, relativamente abundante en algunas aguas
termales de Galicia, puede proceder del aporte en la recarga de agua de
origen marino, como sucede en A Toxa y, posiblemente, en Arteixo y
Loureda. Como se ha comprobado en otros casos el cloro lo aporta
también el agua de lluvia de las zonas costeras o próximas a ellas, pues al
producirse la evaporación del agua marina se añaden finas partículas de
sus sales. Sólo la biotita y el apatito, que se encuentran en algunas rocas
magmáticas pueden contener muy pequeñas cantidades de cloro.
Las aguas que contienen una importante cantidad de hierro suelen
encontrarse principalmente en las formaciones pizarrosas, como las de
Cándana y Luarca, en forma de pirita o de óxidos e hidróxidos, es decir,
como magnetita, hematites y goethita. Estos minerales se descomponen
fácilmente en contacto con las aguas en un ambiente oxidante, cuando su
recorrido es superficial y se encuentran en la zona de aireación o vadosa,
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