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A. GIRÁLDEZ; L. GÓMEZ; V. VILAS  ANAL. REAL ACAD. FARM.

Mayor; mi hijo Luis, hoy comandante de artillería, diplomado en Estado
Mayor. ¿Se comprende mejor ahora de “Vidas paralelas”?.

         La segunda parte de la ceremonia es el rito de difunto; se honra a
los compañeros perdidos. Los ejércitos tienen una gran sensibilidad y un
recuerdo emocionado por los que nos dejaron, pero muy especial por lo
que entregaron su vida por la Patria de forma heroica. Permitidme una
expansión sentimental que formulo como sentimiento químicamente puro,
sin trazas de reproche, protesta o resentimiento. En mi ya larga vida, he
recorrido las aulas y laboratorios de nuestras facultades, los despachos de
los colegios profesionales y las salas de las Academias; he visto con
satisfacción y orgullo placas, retratos y dedicatorias de beneméritos
maestros, de colegas insignes, que entregaron su vida, de una forma o de
otra, a nuestra querida profesión; hubiese querido encontrar, fuera del
ámbito militar, alguna referencia, algún recuerdo dedicado a quienes
ejerciendo como farmacéuticos, o como auxiliares de los farmacéuticos,
los sufridos practicantes de Farmacia, entregaron su vida en campaña, o
como consecuencia de sus penalidades, o víctimas del terrorismo.

         El que he llamado “rito de difuntos”, se compone del toque de
oración y del canto de un himno de Fe y confianza. Durante el toque de
oración, los guiones de las unidades que componen la formación, se
inclinan en homenaje a los que “No quisieron servir otra bandera, no
pidieron andar otro camino, no supieron morir de otra manera” (oración
de homenaje a los caídos); se coloca una corona de laurel al pie de la Cruz
y el tañido de la campana que cuelga de una espadaña, sobre el tejado de
la plaza de armas llama a la oración. El recuerdo de esta ceremonia nos da
ocasión para pedir hoy por el general Mosqueira: A ello os invito.

         Para terminar el acto, los cadetes cantarán “La muerte no es el
final”, cuya letra dice así:

         “Tu nos dijiste que la muerte / no es el final del camino “ que,
aunque morimos / no somos carne de un ciego destino / Tú nos hiciste,
tuyos somos; nuestro destino es vivir / siendo felices contigo sin padecer
ni morir / Cuando la pena nos alcanza / por un compañero perdido /
cuando el adios dolorido / busca en la Fe su Esperanza / en Tu palabra
confiamos / con la certeza que Tú / ya le has devuelto a la Vida / ya le has
llevado a la Luz/.

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