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VOL. 66, (2) 2000 SESIÓN NECROLÓGICA
Desde el primer día me di cuenta que aquél no era un profesor
convencional, es decir, no era una persona cuya profesión consistía en
enseñar física ya que no explicaba siguiendo un texto, sino que se
planteaba los temas como problemas a resolver y una vez planteados iba
deduciendo ante mí cuál podía ser la solución, obteniendo así el mismo
resultado que aparecía en el libro, pero sin seguir ninguno de sus pasos:
por su cuenta. Yo provenía de una buena formación de bachillerato, pero
eminentemente memorística - como era usual en la época - y me impactó
indeleblemente el método deductivo, que de tal forma me transmitió. En
una palabra, me enseñó no a memorizar, sino a discurrir.
Por otra parte, me transmitió algo mucho más pragmático que fue
nada menos que la directriz de toda una vida profesional. Me explico.
Recuerdo que el último día de clase, al despedirnos me hizo una pregunta
insólita para un joven que emprendía el curso preparatorio de una carrera
como la de farmacia en cuya profesión no tenía ninguna tradición familiar
y apenas conocía de qué se trataba, ni menos qué salidas tenía. La
pregunta fue: Usted, Giráldez ¿qué piensa hacer cuando acabe la
carrera?. Quedé atónito y sólo pude contestar con dos palabras: No sé.
Fue entonces cuando en una sola frase trazó la línea maestra de mi
desarrollo profesional. Me dijo: Haga como yo, ingrese en el Cuerpo de
Farmacia Militar lo que le dará una subsistencia y eso le permitirá hacer
el doctorado y dedicarse a la investigación. Y se despidió. A partir de ese
momento, supe lo que iba a hacer a lo largo de toda mi vida, pues
efectivamente así lo he realizado. ¿Cómo no rendirle en este momento mi
más sincero agradecimiento, públicamente?
ETAPA DE MADRID
Acabada en el año 1949 la estancia en Barcelona por su traslado a
Madrid, el Dr. Mosqueira continúa la trayectoria emprendida pues trae un
amplio bagaje investigador y una larga experiencia de industria
farmacéutica.
En el primer aspecto, continúa en el Instituto Celestino Mutis del
CSIC, hasta el año 1954 en que le resulta incompatible con sus otras
actividades y pasa a la situación de coordinador honorario. De esta etapa
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