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REAL ACADEMIA DE FARMACIA  ANAL. REAL ACAD. FARM.

de genes en el organismo? Las respuestas las tendremos pronto, a inicios del
próximo siglo.

        Desde hace muchos años tengo la responsabilidad del curso de
Metodología de la Investigación científica que se ofrece para los alumnos de
postgraduado de la UNMSM, y en casi todos los ciclos dictados los alumnos
me han preguntado si existe relación entre la ciencia y la ética, la respuesta
que se suele dar a estos interrogantes, hasta cierto punto evasiva, es que la
ciencia es una manifestación del hombre como lo son el arte, la filosofía, la
religión y la ética y que cada una transita caminos independientes. Ahora
debemos considerar esto un error que es necesario superar, si no queremos
la desaparición del género humano tal como hoy lo conocemos.

        Si meditamos acerca del enorme progreso alcanzado, sucintamente
relatado antes, debemos concluir inequívocamente que la ciencia y
tecnología, a diferencia de siglos anteriores, el día de hoy originan cambios
profundos, increíbles en la vida del hombre y su evolución, tan grandes que
afectan su naturaleza, su desarrollo, su hábitat, su estilo y calidad de vida y,
fundamentalmente su ÉTICA. Cualquier variable por pequeña que sea
induce cambios de gran magnitud. Por eso planteamos que así como toda
materia además de las tres dimensiones conocidas largo, ancho y
profundidad conlleva inherente la cuarta dimensión, el tiempo, también toda
variable que conduzca a nuevos conocimientos o nuevos productos de la
tecnología conlleva obligatoriamente la parte de ética que le corresponde, es
decir que todo nuevo desarrollo científico sea evaluado a la luz de la
ÉTICA. Si así lo hiciéramos tendríamos asegurado el mundo futuro del
hombre y la supervivencia de las nuevas generaciones.

        Estamos pues, asistiendo a cambios trascendentales en la vida del
hombre. En su obra “El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha”
Miguel de Cervantes Saavedra expresó “Dichosos siglos aquellos en los que
no se conocía aquello de tuyo y mío”. Parodiando esta famosa frase
debemos hoy decir: “Dichosos siglos por venir, en los que no se conocerá
sino el respeto por el hombre y los valores éticos que garanticen su paz y
bienestar”.

    Señoras, señores:

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