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                                    monumentalidad entre los nueve primeros. Su verdadera dimensi%u00f3n %u201cnacional%u201d(%u201cprovincial (165)%u201d si hablamos en t%u00e9rminos administrativos romanos) tuvo quesurgir en este periodo en el cual las aguas curaban por la intermediaci%u00f3n de ladivinidad a la que estaba dedicada la surgencia. Recordemos la l%u00e1pida votiva en laque Nonio Galo ruega por la salud de Mucia a Musa Magna y pensemos que m%u00e1s del95 % de la epigraf%u00eda balnearia hispana (y romana) es votiva. (166) As%u00ed el balneariode Archena de los siglos XVIII, XIX, XX y XXI es heredero directo de una tradici%u00f3ncurativa-religiosa que si no nace durante la romanizaci%u00f3n s%u00ed se acrecienta yexpande. A pesar de la supuesta cesura entre la reconquista y el siglo XV respectoal conocimiento y usos de las aguas, nada hay que indique que la tradici%u00f3n, lacontinuidad hist%u00f3rica, ha sufrido alguna interrupci%u00f3n. Esa tradici%u00f3n la recoge, sinsaberlo, Breix cuando afirma que: %u201cDios es el que principalmente cura%u201d (167) ya%u00f1os antes tambi%u00e9n L%u00f3pez de Ayala con sus continuas alusiones a Dios como art%u00edficede las curaciones y de las virtudes de las aguas y por supuesto a las curacionesconcebidas como milagros.Si aceptamos que el impulso fundamental al balneario de Archena anterior aldecreto de 1816 se lo dio en elemento ideol%u00f3gico, no es menos cierto que laintermediaci%u00f3n de Doyle y la acertada pol%u00edtica empresarial del Vizconde de R%u00edassupieron aprovechar la ventajosa posici%u00f3n que ten%u00eda para convertirlo en la segundamitad del siglo XIX en el establecimiento m%u00e1s apetecido de Espa%u00f1a tanto por losba%u00f1istas como por los m%u00e9dicos encargados de dirigirlo.A todo esto hay que a%u00f1adir que en la actualidad se ha sabido administrar bientodo ese legado y se ha innovado, como exige la moderna sociedad del siglo XXI,en los aspectos m%u00e9dicos, de ocio (tanto internos como relacionados con el entornoy hosteleros) que hacen que el balneario de Archena se sit%u00fae a la cabeza de Espa%u00f1aen n%u00famero de ba%u00f1istas.7. REFERENCIAS1. Matilla S%u00e9iquer G. Archena: el balneario de Carthago Nova, Matilla G, Gonz%u00e1lezSoutelo S. Eds. Termalismo Antiguo en Hispania. Un an%u00e1lisis del tejidobalneario en %u00e9poca romana y tardorromana en la pen%u00ednsula ib%u00e9rica. Anejosde Archivo Espa%u00f1ol de Arqueolog%u00eda 78. Madrid: Consejo Superior deInvestigaciones Cient%u00edficas 2017; p. 250.2. Lomba Maurandi J, Zapata Crespo J. El enterramiento m%u00faltiple de CabezosViejos (Archena, Murcia): reflexiones sobre secuencias funerariascalcol%u00edticas. Anales de prehistoria y arqueolog%u00eda 2005; 21: 9-38.3.Carta arqueol%u00f3gica de Murcia. Disponible en:https://cartarqueologica.carm.es/carta-arqueologica/web-app/index.html#(18/01/201).4. Ros Sala MM. Din%u00e1mica urban%u00edstica y cultura material del hierro antiguo en elValle del Guadalent%u00edn. Murcia: Colegio Oficial de Arquitectos de Murcia 1989.5. Garc%u00eda Cano C. Intervenci%u00f3n arqueol%u00f3gica en el Llano de los Morenos (La Algaida,Archena). Memorias de Arqueolog%u00eda 11. Murcia: Direcci%u00f3n General de Cultura,Servicio de Patrimonio Hist%u00f3rico 1996: pp. 219-44.ANALESRANF62 The mineral-spa of Archena: history andcontext. From prehistory to todayGonzalo Matilla , M%u00aa C. Franc%u00e9s Causap%u00e9 et al. An. R. Acad. Farm.Vol. 90. special issue (2024) pp. 15-74
                                
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