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Gaspar González González: el Profesor

                           Albino García Sacristán
                           Académico de Número de la Real Academia Nacional de Farmacia

    Excelentísimo Señor Presidente.
    Excelentísimos Señoras y Señores Académicos.
    Distinguida Dña. Ana María, hijos y demás familia de Don Gaspar.
    Señoras y Señores.

    Tengo el honor por encargo de la Junta de Gobierno de esta Real Academia Nacional de Farmacia de intervenir en esta
Sesión Necrológica en Memoria del Excmo. Prof. Dr. Don Gaspar González González para glosar su figura como profesor.
Triste encargo porque representa la pérdida de un excelente académico y catedrático de Universidad.

    En estos momentos que nuestras costumbres ancestrales nos hacen expresar nuestros sentimientos en forma de tristeza y
pena por su fallecimiento, quizás deberíamos copiar a otras culturas donde la muerte genera otras conductas muy diferentes
a las nuestras. Hace poco tiempo veíamos en la televisión como los sudafricanos, por la muerte de ese icono de la paz que
fue Nelson Mandela, se manifestaban alegres y jubilosos. Ante la perplejidad de los periodistas europeos y americanos de
ese comportamiento, los sudafricanos explicaban que lo que querían era agradecer y festejar la suerte de haber tenido con
ellos a ese gran hombre. Sin llegar a esos extremos, sí que desearía en esta intervención recordar y felicitarnos por haber
tenido con nosotros a un magnífico profesor de universidad.

    Conocí al Profesor Gaspar González en el año 1970 siendo yo un joven estudiante de Veterinaria en la Universidad
Complutense de Madrid y él un respetado catedrático. Con el paso del tiempo coincidimos en el claustro de profesores de
esa Facultad y años más tarde volvimos a coincidir como académicos de Número tanto en la Real Academia Nacional de
Farmacia como en la Real Academia de Doctores de España.

    Durante esta larga relación y en situaciones tan diferentes para mí, primero como alumno, después como catedrático y
posteriormente como académico, su trato siempre fue amable y exquisito hacia mi persona. Comparto las palabras del
Profesor Ángel Vián Ortuño en su contestación al discurso de ingreso del Profesor González como Académico de Número
de la Real Academia de Farmacia, en 1995, donde decía: “Don Gaspar es un leonés recio, grande, talentudo, amable y bien
intencionado. Por eso, en la convivencia da la simpática impresión del profesor un poco abstraído pero siempre
cordialmente a punto para alumbrar una idea original”.

    El Dr. González se graduó en Veterinaria en la Escuela Superior de León en 1943, a la edad de 20 años. Revalidó sus
estudios en la Escuela Superior de Madrid y posteriormente se doctoró en la Universidad Central -hoy Complutense-.
Completó su formación en el CSIC, en el Instituto Social León XIII y con diversas estancias en el extranjero (Inglaterra,
Escocia, EEUU, Suiza, Alemania y Dinamarca), tanto en Universidades como en centros de investigación agronómica.

    En la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, pasó por todas las categorías docentes. Fue
Ayudante de clases prácticas (1944-1947), Profesor Adjunto por oposición y Encargado de Cátedra (1947-1951);
Catedrático numerario de Fitotecnia, Economía rural y Estadística Pecuaria, más tarde denominada Agricultura y Economía
agraria (1951-1987), y Emérito desde su jubilación en 1987.

    Cuando el Prof. González se hace cargo de la Cátedra de Agricultura y Economía Agraria de la Facultad de Veterinaria
de la UCM, sus asignaturas no eran justamente valoradas por los alumnos. En aquellos momentos la actividad profesional
de los veterinarios se orientaba fundamentalmente a la clínica, especialmente del ganado equino, y al análisis post mortem
de los diferentes animales domésticos, siendo, además, la producción ganadera en España mayoritariamente de tipo
extensivo. Con la mecanización del campo se produce una auténtica catarsis en la actividad veterinaria, ya que al
desaparecer el uso del ganado como tracción animal muchísimos veterinarios quedaron sin trabajo. La mecanización del
campo supuso, además, una gran emigración de la población rural a las grandes ciudades que conllevó una mayor demanda
de alimentos, haciéndose necesario el desarrollo de las producciones ganaderas intensivas, fundamentalmente avícolas,
bovinas y porcinas, y por lo tanto el incremento de la producción de piensos para estos animales. Esta nueva situación de
producción animal evidencia la importancia de las enseñanzas de las asignaturas que impartía el Profesor Gaspar González
que van a permitir la actividad profesional de muchos veterinarios. Don Gaspar no solo contribuye en la formación de estos
profesionales sino que también colabora y asesora a esas industrias vinculadas a la nutrición animal, como Bioter-Biona,
Farco, Híbridos americanos, Industrias agrícolas, Lucta, etc., donde, además, varios de sus colaboradores del Instituto de
Alimentación y Productividad Animal (IAPA), como los doctores Braulio Pacios, María Teresa Rollán, Erundino Alonso
Fernández y Antonio Pestaña, tuvieron un papel destacado en la fundación y actividad de estas industrias, contribuyendo en

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