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Almudena
Gómez--Hernández
&
al.
en
el
obeso
sí
está
claramente
relacionada
de
manera
independiente
con
la
morbimortalidad
cardiovascular
a
través
de
un
síndrome
metabólico
aterogénico
(5).
Éste
es
el
motivo
por
el
que
adquiere
especial
trascendencia
clínica
la
medida,
no
sólo
de
la
cuantía
total
de
la
grasa
corporal,
sino
de
su
distribución,
habida
cuenta
que
tal
distribución
tiene
más
impacto
en
el
riesgo
cardiovascular
que
la
obesidad
por
sí
misma.
Una
de
las
alteraciones
metabólicas
más
deletéreas
de
la
obesidad
es
la
dislipemia
que
con
frecuencia
la
acompaña
y
resulta
altamente
aterogénica
(6).
Su
patrón
fenotípico
habitual
es
la
hipertrigliceridemia
preprandial,
la
hiperlipidemia
no
HDL
postprandial,
el
aumento
real
en
la
producción
de
partículas
densas
y
pequeñas
de
LDL,
así
como
la
baja
producción
de
colesterol
HDL.
En
mamíferos
el
tejido
adiposo
está
compuesto
al
menos
por
dos
tipos
muy
distintas
de
grasas
como
son
el
tejido
adiposo
blanco
(WAT)
y
el
tejido
adiposo
marrón
o
pardo
(BAT)
que
presentan
diferencias
en
cuanto
a
su
morfología,
distribución,
genes
y
función.
El
tejido
adiposo
blanco
es
el
principal
reservorio
de
energía
y
libera
un
gran
número
de
hormonas
y
citoquinas
que
modulan
el
metabolismo
del
organismo
y
la
resistencia
a
la
insulina
(7--10).
El
desarrollo
de
la
obesidad
no
sólo
depende
del
balance
entre
la
ingesta
y
el
gasto
energético
sino
también
del
balance
entre
el
tejido
adiposo
blanco,
como
principal
reservorio
energético,
y
el
tejido
adiposo
marrón,
especializado
en
el
gasto
energético
en
forma
de
termogénesis
a
través
de
la
proteína
mitocondrial
desacoplante
1
(UCP--
1).
Además
el
BAT
podría
afectar
al
metabolismo
del
organismo
y
alterar
la
sensibilidad
a
la
insulina
(11,
12)
al
igual
que
modificar
la
susceptibilidad
a
desarrollar
obesidad
(13).
2.
PAPEL
DEL
TEJIDO
ADIPOSO
BLANCO
EN
LA
OBESIDAD
Y
SUS
COMPLICACIONES
METABÓLICAS
Y
VASCULARES
ASOCIADAS
2.1.
Morfología
y
distribución
del
WAT.
Implicación
en
el
riesgo
cardiovascular
El
adipocito
del
WAT
tiene
una
forma
variable,
aunque
clásicamente
es
esférica
de
tamaño
entre
25--200
µm.
Además,
tiene
un
núcleo
periférico
y
plano
y
un
citoplasma
delgado
que
contiene
una
única
gota
lipídica
grande
que
ocupa
el
90%
del
volumen.
Presenta
escasas
mitocondrias
y
un
pequeño
retículo
endoplasmático
liso
y
rugoso.
WAT
se
compone
de
los
adipocitos
que
se
mantienen
unidos
por
un
tejido
conectivo
laxo
que
está
adecuadamente
vascularizado
e
inervado
(14).
Además
de
los
adipocitos,
WAT
contiene
macrófagos,
leucocitos,
fibroblastos,
adipocitos,
las
células
progenitoras
y
células
endoteliales.
La
presencia
de
los
fibroblastos,
los
macrófagos,
y
otros
leucocitos,
junto
con
los
adipocitos,
da
cuenta
de
la
gran
variedad
de
proteínas
que
son
secretadas
por
WAT
bajo
condiciones
variables.
El
tejido
adiposo
blanco
está
distribuido
a
lo
largo
de
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