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Rosalva
Rangel--Corona
&
al.
1.
INTRODUCCIÓN
Los
liposomas
son
nanotransportadores
constituidos
por
bicapas
concéntricas
de
lípidos
anfipáticos
separadas
por
un
compartimiento
acuoso.
Los
liposomas
se
forman
cuando
los
lípidos
anfipáticos
se
dispersan
en
agua
y
las
partes
hidrofóbicas
de
estas
moléculas
se
acomodan
en
bicapas
para
liberarse
del
agua,
dejando
compartimientos
acuosos
en
el
interior
y
exterior.
En
la
parte
acuosa
se
pueden
transportar
diversas
moléculas
hidrofílicas
de
diferente
naturaleza
como
ácidos
nucleicos,
fármacos
inorgánicos,
citocinas,
antígenos
o
anticuerpos.
Si
el
material
que
se
desea
transportar
son
moléculas
hidrofóbicas,
estas
pueden
ser
incluidas
dentro
de
las
bicapas
lipídicas
del
liposoma.
Es
importante
mencionar
que
el
número
de
bicapas
lipídicas
concéntricas,
la
composición
de
lípidos,
la
carga
eléctrica
de
estos
y
la
vía
de
administración
pueden
ser
variadas
para
favorecer
que
los
liposomas
lleguen
al
lugar
del
organismo
deseado
(órgano,
tejido,
célula…).
Las
sustancias
encapsuladas
en
liposomas
pueden
ser
administradas
in
vivo
por
diferentes
vías
de
acuerdo
a
la
diana
deseada.
Existe
la
posibilidad
de
llegar
al
sitio
deseado
modificando
a
los
liposomas
para
no
ser
ingeridos
por
los
macrófagos;
sin
embargo,
si
la
diana
son
los
macrófagos,
existe
una
muy
alta
probabilidad
de
que
las
sustancias
encapsuladas
en
liposomas
entren
en
ellos
y
modifiquen
su
función.
Con
este
enfoque,
se
ha
avanzado
mucho
en
la
vehiculización
de
fármacos
optimizando
la
vía
de
administración
y
la
dosis
necesaria.
De
hecho,
los
liposomas
se
han
convertido
en
herramientas
de
gran
utilidad,
debido
a
que
garantizan
que
pequeñas
concentraciones
de
cualquier
sustancia
lleguen
al
blanco
adecuado
reduciendo
la
toxicidad
o
efectos
colaterales
causados
por
el
paso
de
las
sustancias
por
el
torrente
sanguíneo.
En
la
actualidad
estas
partículas
han
sido
ampliamente
utilizadas
en
una
diversidad
de
aplicaciones;
tales
como
vehículos
para
la
transfección
de
material
genético,
liberadores
de
fármacos
en
sitios
específicos
y
como
modelos
de
diferentes
tipos
de
membranas
biológicas
normales
y
transformadas
(1).
Nuestro
grupo
de
trabajo
empezó
utilizando
liposomas
para
activar
exitosamente
a
macrófagos
con
diferentes
citocinas
y
evaluando
la
viabilidad
tecnológica
de
este
modelo
utilizando
la
curva
S
de
Gompertz
(2).
Posteriormente,
se
investigó
in
vivo
la
posibilidad
de
usar
estos
nanotransportadores
para
la
liberación
de
una
citocina
inmunorreguladora,
evitando
que
los
liposomas
pudieran
ser
fagocitados.
Consecuencia
de
estos
trabajos,
se
ha
elegido,
caracterizado
y
patentado
(3--4)
una
formulación
de
liposomas
que
no
es
reconocida
por
los
macrófagos
y
que
además
es
capaz
de
transportar
una
molécula
inmunorreguladora
muy
eficaz:
el
factor
estimulador
de
linfocitos
llamado
Interleucina
2
(IL--2).
La
IL--2
ha
sido
aprobada
por
la
FDA
como
fármaco
efectivo
para
la
terapia
de
tumores
humanos
por
su
activación
del
sistema
inmunológico,
en
particular
de
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