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APLICACIÓN
DE
LA
TOPOLOGÍA
MOLECULAR
…
Todos
los
tripanosomiasis
infecciosas
humanas
son
transmitidos
por
la
mosca
tse--tsé
(Glossina
sp)
en
una
región
claramente
definida
de
África,
llamada
tse--tsé
belt
(2).
La
enfermedad
se
limita
a
la
zona
del
África
subsahariana
y
se
solapa
con
la
distribución
de
la
mosca
tse--tsé,
que
actúa
como
vector.
La
epidemiología
de
THA
es
heterogénea,
caracterizándose
por
dos
etapas
definidas.
La
primera
etapa
implica
la
presencia
de
tripanosomas
en
el
sistema
hemo--linfático.
En
este
momento,
los
síntomas
son
bastante
inespecíficos,
incluyendo
malestar
general,
fiebre,
y
dolor
de
cabeza.
La
segunda
etapa
comienza
una
vez
que
los
parásitos
llegan
al
cerebro
y
provocan
alteración
de
las
funciones
neurológicas,
incluyendo
cambios
psicológicos
y
trastornos
del
sueño,
lo
que
da
lugar
al
término
comúnmente
empleado
para
definir
la
THA,
"enfermedad
del
sueño"(3).
La
realidad
es
que
THA
es
todavía
una
enfermedad
olvidada
que
requiere
mayor
investigación
en
la
prevención,
diagnóstico
y
estrategias
de
tratamiento.
En
las
últimas
décadas,
la
THA
ha
vuelto
a
ser
una
enfermedad
reemergente,
volviendo
a
la
crítica
situación
vivida
a
principios
del
siglo
XX.
En
el
año
2000,
se
calcula
que
300.000
personas
estaban
infectadas.
Sin
embargo,
ya
que
sólo
el
10--
15%
de
los
60
millones
de
personas
que
viven
en
zonas
de
riesgo
están
bajo
control,
se
puede
considerar
que
el
número
de
personas
infectadas
está
probablemente
muy
subestimada
(1).
El
tratamiento
de
esta
enfermedad
es
complejo.
Si
analizamos
el
arsenal
terapéutico
frente
a
la
THA,
podemos
observar
como
los
fármacos
empleados
requieren
generalmente
suministración
por
vía
parenteral,
lo
que
dificulta
la
adhesión
y
accesibilidad
del
paciente
al
tratamiento.
Además
de
lo
citado
anteriormente,
el
tratamiento
actual
presenta
problemas
de
eficacia
y
seguridad
(3).
Por
todo
lo
expuesto,
se
genera
una
necesidad
real
de
encontrar
un
mejor
y
eficaz
tratamiento
para
contener
los
brotes
de
infección
a
través
de
métodos
de
búsqueda
económicamente
sostenibles.
Uno
de
los
métodos
que
reúnen
este
requisito
de
sostenibilidad
y
eficacia
son
las
técnicas
“in
silico”
en
el
campo
de
la
investigación
científica.
La
introducción
de
ordenadores
cada
vez
más
eficientes
ha
permitido
lograr
grandes
avances
en
el
campo
bioinformático,
hasta
el
punto
de
que
hoy
en
día
estas
técnicas
representan
una
herramienta
básica
en
el
campo
de
la
investigación
(4).
Los
llamados
estudios
de
relación
cuantitativa
estructura--actividad
o
quantitative
structure–activity
relationship
(QSAR)
pueden
reducir
los
costosos
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