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SESIÓN
NECROLÓGICA
aprovechó
las
representaciones
pictóricas
de
la
Farmacia,
señaló
la
toxicidad
de
las
pinturas
y
las
de
sus
componentes.
Por
último,
y
más
importante
en
este
rápido
repaso
de
la
personalidad
de
Guillermo,
es
su
consustancial
rasgo
de
ser
creyente,
como
deben
ser
los
científicos,
cualidad
que
permitió
al
Dr.
Carrascosa,
del
CSIC
a
calificar
en
Eclesia
a
Tena,
como
“el
arquetipo
de
católico
y
científico”.
El
primer
consejo
de
Don
Quijote
a
Sancho,
antes
de
hacerse
cargo
de
la
ínsula
Barataria,
fue:
“lo
primero
es
el
temor
a
Dios,
ya
que
en
el
temerle
está
la
sabiduría
y
siendo
sabio
no
podrás
errar
en
nada”.
Efectivamente
Guillermo
era
creyente,
característica
que
se
ha
querido
contraponer
a
la
de
agnóstico,
que
etimológicamente
significa
persona
que
no
conoce
a
Dios,
lo
que
nos
incluye
a
todos
los
seres
humanos,
pues
es
imposible
conocer
a
Dios,
al
Ser,
al
Ente
superior,
infinito,
adimensional,
principio
y
fin
de
todo,
que
está
en
todos
los
espacios,
a
los
que
llena,
y
a
la
vez
en
la
nada,
es
el
misterio,
indefinible
e
incomprensible
para
la
filosofía
y
para
la
teología,
pues
si
fuera
comprensible
no
sería
Dios.
Aquí
vendría
bien
recodar
al
niño
que
en
la
playa
enseñó
a
San
Agustín.
Para
tener
una
referencia
que
nos
acerque
a
Él,
el
hinduismo
le
representa
como
un
cuerpo
femenino
con
múltiples
brazos;
y
el
cristianismo
como
un
venerable
anciano
con
largas
barbas.
Se
comprende
la
iconoclastia
cuando
se
atribuyen
a
esas
representaciones
la
realidad
de
Dios.
La
incomprensión
de
Dios
para
el
hombre,
explica
que
para
que
pudiéramos
conocerlo
y
amarlo,
tuvo
que
hacerse
hombre.
Guillermo
ha
muerto
como
lo
haremos
todos
nosotros.
Pero
“la
muerte
no
es
el
final”,
sino
la
parte
final
de
ella,
que
comenzó
no
cuando
nacemos,
transcendente,
hecho
anatómico
que
nos
separa
de
nuestra
madre.
El
Código
civil
actual,
por
razones
demográficas,
considera
nacido
vivo
al
recién
nacido
que
a
las
24
horas
de
estar
separado
de
la
madre
presenta
algún
signo
vital.
La
ley
de
plazos
actual,
considera
la
16ª
semana
de
gestación
como
el
comienzo
de
la
vida
humana,
ya
que
antes
no
lo
considera
persona,
pues
es
inconcebible
que
una
ley
acepte
matar
a
quien
se
considera
persona.
Hoy
sabemos,
querido
Guillermo,
que
la
vida
de
todos
nosotros
comenzó
cuando
se
produjo
el
maravilloso
hecho
creador
de
la
fecundación,
en
el
que
se
mezcló
el
genoma
de
un
espermatozoide
procedente
de
nuestro
padre,
una
célula
haploide,
destinada
a
desintegrarse
a
las
pocas
horas
de
haber
sido
eyaculada,
con
el
de
un
ovocito,
también
haploide
procedentes
de
nuestra
madre,
que
si
no
es
fecundado
se
desprende
en
el
endometrio
maduro,
en
el
inmediato
ciclo
menstrual.
Pero
la
fecundación
en
la
trompa
de
Falopio,
hace
que
surja
el
zigoto
una
célula
diploide,
dotada
de
una
nueva
propiedad,
de
la
que
carecían
sus
células
germinales
la
de
dividirse
formando
gradualmente
una
mórula,
luego
una
gástrula,
embrión,
feto,
recién
nacido,
bebé,
niño,
joven,
adulto,
viejos
estadíos,
entre
los
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