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GUILLERMO
TENA
NÚÑEZ
señalar
como
miembro
científico
del
Instituto
de
Toxicología
que
mi
padre
se
dedicó
intensamente
con
una
gran
voluntad
de
servicio
con
su
trabajo
de
dirección
a
la
epidemia
de
la
nueva
enfermedad
que
se
describió
en
los
ambientes
científicos
internacionales
como
“Síndrome
del
aceite
tóxico
español”,
que
en
el
ser
humano
afectó
a
diversos
órganos
sistémicos
y
sistema
nervioso,
con
graves
manifestaciones
neuromusculares.
Hizo
mi
padre
una
labor
de
difusión
y
de
aclarar
ideas
y
conceptos
a
nivel
nacional
e
internacional,
por
sus
numerosas
cartas,
comunicaciones
científicas
y
conferencias,
incluyendo
esta
Real
Academia
Nacional
de
Farmacia.
En
ambas
líneas,
la
familiar
y
la
vocacional
puso
de
manifiesto
sus
cualidades
humanas
de
afecto
y
cariño
a
la
familia
y
a
su
país,
como
buen
padre
y
abuelo
y
buen
ciudadano,
y
me
van
a
perdonar
que
como
hija
diría
que
excelente.
En
el
ámbito
industrial
mi
padre
buscó
siempre,
además
de
los
medios
materiales
para
subsistir
y
ayudar
a
su
familia
la
de
ayudar
a
los
demás.
Su
parcela
industrial
organizando
un
laboratorio
farmacéutico
le
sirvió
para
ampliar
su
horizonte
de
trabajo
con
originalidad
y
creatividad,
donde
aplicó
sus
dotes
de
sociabilidad,
de
simpatía
y
dinamismo
que
sus
características
humanas
le
permitían.
Con
su
capacidad
de
escuchar
y
aconsejar
en
situaciones
que
trascendían
las
suyas
propias
ayudaba
a
superar
las
que
trascendían
el
ámbito
de
su
trabajo.
En
definitiva,
mi
padre
ha
sido
un
referente
en
mi
vida,
tanto
familiar
como
profesional,
su
responsabilidad
en
el
trabajo,
si
alegría
en
la
familia,
su
simpatía
y
cariño
por
los
más
jóvenes,
ayuda
a
los
más
débiles
y
exigencia
a
si
mismo
ha
sido
para
mi
un
(difícil)
ejemplo
a
seguir
y
siempre
pensé
que
su
madurez
fue
la
causa
de
haber
sido
elegido
Académico
de
Número
de
esta
Real
institución
en
la
que
nos
hallamos
para
homenajearle.
Le
agradezco
su
familiaridad
y
proximidad,
sus
consejos
y
gran
ejemplo,
por
ello
he
querido
expresar,
uniéndome
a
vosotros,
unas
palabras
de
agradecimiento
a
mi
padre.
Y
agradezco
a
todos
ustedes
la
posibilidad
de
haberlas
podido
expresar
ante
esta
magnífica
y
tan
generosa
audiencia.
Muchas
gracias
por
su
atención.
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