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MARCADORES
TUMORALES
GLICÁNICOS
También
a
partir
de
1970
se
avanzó
notablemente
en
el
conocimiento
inicial
que
se
tenía
acerca
de
la
vinculación
existente
entre
ciertas
enfermedades
y
estructuras
anómalas
de
algunos
glicoconjugados,
a
causa
de
la
degradación
anormal
de
dichos
compuestos
motivada
por
la
disfunción
o
ausencia
de
actividad
de
ciertas
glicosidasas
de
origen
lisosómico.
En
seguida,
se
pudo
detectar
que
tales
deficiencias
podían
proceder
asimismo
de
las
anomalías
en
los
procesos
de
su
biosíntesis,
siendo
particularmente
graves
las
de
origen
genético,
ocasionadas
por
glicosiltransferasas
o
glicosidasas
no
lisosómicas.
El
conjunto
de
datos
relativos
a
la
composición
y
a
los
mecanismos
de
biosíntesis
y
degradación
de
los
glicoconjugados
que
tienen
lugar
normalmente
en
los
seres
vivos
constituye
el
objeto
de
la
Glicobiología.
Esta
entidad
puede
considerarse
como
una
rama
de
la
Bioquímica,
de
forma
similar
a
otras,
como
la
Enzimología;
o,
quizá
más
acertadamente
como
una
orientación
peculiar
de
la
Bioquímica
en
que
se
concede
un
papel
relevante
no
sólo
al
aspecto
estructural
de
los
glicoconjugados
sino
especialmente
a
la
faceta
de
su
decisiva
participación
en
numerosas,
complejas
e
importantísimas
funciones
biológicas;
lo
cual
justificaría
su
propia
denominación:
Glico--biología.
Pero,
si
por
causas
genéticas
o
del
entorno
los
patrones
normales
de
la
composición
de
cualquiera
de
los
grupos
de
glicoconjugados
(glicoproteínas,
glicolípidos
y
glicolipoprotéidos)
o
sus
componentes
(glicopéptidos,
ácidos
siálicos,
gangliosidos
o
derivados
del
fosfatidilinositol,
etc.)
resultan
aquéllos
alterados
significativamente
y
se
producen
anomalías
en
las
funciones
biológicas
en
que
participa
alguno
de
estos
compuestos,
este
estudio
queda
incorporado
dentro
de
la
Glicopatología.
Ha
sido
a
partir
de
la
década
de
1980
y,
principalmente
en
la
de
1990,
cuando
se
ha
progresado
más
en
el
conocimiento
de
la
participación
de
la
fracción
glucídica
–la
constituida
por
los
denominados
glicanos--
en
las
correspondientes
funciones
biológicas,
sean
éstas
fisiológicas
o
patológicas.
Obviamente,
se
ha
profundizado
en
el
estudio
de
las
enzimas
que
catalizan
estos
procesos:
glicosiltransferasas
(cuyos
genes
han
sido
clonados),
glicosidasas,
isomerasas,
etc.;
y,
asimismo,
en
el
esclarecimiento
de
la
estructura
tridimensional
de
algunas
glicoproteínas.
Finalmente,
en
la
década
del
2000,
el
aspecto
glicotecnológico
ha
experimentado
un
notable
avance,
orientado
fundamentalmente
a
una
preparación
más
perfeccionada
de
fármacos,
dentro
de
la
nueva
Glicoterapéutica
–de
raíces,
sin
embargo
remotas--,
aspecto
que
se
trata
de
desarrollar
en
el
seno
de
la
naciente
Glico(bio)tecnología.
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