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NURIA
E.
CAMPILO
y
col.
El
hecho
de
que
la
enfermedad
de
Chagas
esté
íntimamente
relacionada
con
la
pobreza
ha
podido
ser
una
de
las
razones
que
ha
originado
la
falta
de
interés
en
el
desarrollo
de
nuevos
medicamentos
eficaces.
Esto
explica
que
se
sigan
utilizando
fármacos
que
fueron
comercializados
en
los
años
70,
como
el
nifurtimox
y
el
benznidazol
que
no
están
aprobados
por
la
FDA
(Federal
Drug
Administration).
En
la
actualidad,
esta
enfermedad
está
clasificada
por
la
Organización
Mundial
de
la
Salud
como
una
enfermedad
extremadamente
olvidada
(3).
El
diseño
de
nuevos
fármacos
es
una
tarea
compleja
que
requiere
la
colaboración
interdisciplinar
de
muchos
especialistas
en
diferentes
campos
de
la
ciencia.
En
el
descubrimiento
de
nuevos
fármacos
hay
que
considerar,
además
de
las
propiedades
farmacológicas,
otros
aspectos
de
gran
relevancia,
como
es
el
de
las
propiedades
ADMET
(A:
absorción,
D:
distribución,
M:
metabolismo,
E:
excreción
y
T:
toxicidad).
Por
tanto,
antes
de
tomar
en
consideración
a
un
nuevo
cabeza
de
serie
(lead
compound)
de
acuerdo
a
sus
propiedades
farmacológicas
es
necesario
que
se
incluya
un
estudio
más
profundo
de
las
propiedades
ADMET
del
hit.
2.
DISEÑO
DE
FÁRMACOS
El
diseño
de
nuevos
fármacos
para
la
enfermedad
de
Chagas
puede
abordarse
mediante
dos
estrategias
generales.
La
primera
consiste
en
el
aislamiento
y
estudio
de
productos
naturales
procedentes
de
la
medicina
tradicional
o
de
otras
fuentes
y
la
segunda,
se
refiere
al
desarrollo
de
nuevos
compuestos
de
síntesis
química
o
de
procedencia
biotecnológica
(4,
5).
El
uso
de
productos
naturales
como
estrategia
en
la
búsqueda
de
nuevos
hits
para
la
enfermedad
de
Chagas
se
ha
realizado
fundamentalmente
en
productos
naturales
de
origen
vegetal,
aunque
también
se
han
aislado
algunos
compuestos
a
partir
de
hongos
o
de
especie
marinas.
Existen
numerosas
revisiones
recientes
que
recogen
los
trabajos
realizados
en
este
campo
(6--9).
Únicamente
citar
algunas
de
las
familias
estudiadas
y
de
las
que
se
han
encontrado
moléculas
activas
como
las
leguminosas
o
fabáceas
(Cassia
fistula,
Harpalyce
brasiliana,
Pterodon
pubescens
(10),
solanáceas
(Acnist
arborescens,
Physalis
angulata)
boragináceas
(Cordia
globosa),
clusiáceas
(Mammea
americana)
(11)
y
diversas
especies
de
la
familia
de
las
piperáceas
(Piper
glabratum,
P.
acutifolium
(12);
P.
gaudichaudianum,
P.
aduncum
(13);
P.
crassinervium
(13,
14),
Peperomia
blanda
(15).
A
partir
de
estas
especies
naturales
han
sido
aisladas
y
caracterizadas
una
gran
variedad
de
estructuras
químicas
con
propiedades
anti--T.
cruzi
(8).
De
entre
todas
ellos
podemos
citar
como
más
representativas
a
los
flavonoides
como
chalconas,
flavonas
o
isoflavonas;
terpenoides
como
derivados
de
diterpenos
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