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LOS
PRODUCTOS
NATURALES
EN
EL
DESCUBRIMIENTO…
1. ¿QUÉ SIGNIFICAN LOS PRODUCTOS NATURALES EN EL
DESCUBRIMIENTO DE FÁRMACOS?
La
naturaleza,
y
sobre
todo
las
plantas,
han
contribuido
enormemente
desde
la
antigüedad
a
la
medicina.
En
Mesopotamia
se
utilizaban
alrededor
del
año
2600
antes
de
Cristo
unas
1000
sustancias
derivadas
de
plantas,
y
en
el
papiro
de
Ebers,
escrito
en
el
año
1500
antes
de
Cristo,
se
mencionan
alrededor
de
700.
Datos
semejantes
podemos
encontrar
en
China
e
India.
Los
griegos
y
los
romanos
racionalizaron
el
uso
de
estas
drogas,
destacando
entre
ellos
Dioscórides
y
Galeno.
Estos
conocimientos
se
preservaron
por
los
árabes
en
los
siglos
V--XII
y,
posteriormente
han
continuado
jugando
un
importante
papel
en
la
salud
humana
(1),
sobre
todo
en
el
tratamiento
del
cáncer
(2).
Los
productos
naturales
son
metabolitos
secundarios
de
plantas,
hongos,
y
organismos
marinos
cuya
función
no
se
conoce
con
exactitud,
aunque
se
cree
que
muchos
se
originaron
en
estos
seres
para
defenderse
de
diversos
agentes
externos
(3).
Como
consecuencia
de
ser
el
resultado
de
una
selección
a
lo
largo
de
la
evolución
de
las
especies,
los
productos
naturales
poseen
actividades
biológicas
muy
altas,
por
lo
que
se
han
utilizado
en
terapéutica
o
tomado
como
modelo
para
realizar
modificaciones
estructurales
específicas
y
generar
nuevos
fármacos
(4).
De
esta
forma,
los
productos
naturales
o
sus
derivados
constituyen
una
buena
parte
del
arsenal
terapéutico
disponible,
además
de
resultar
esenciales
en
algunos
casos
para
identificar
la
diana
de
un
fármaco
sintético
o
establecer
su
implicación
en
una
determinada
ruta
bioquímica
(5).
De
los
1010
nuevos
fármacos
aprobados
por
la
FDA
desde
enero
de
1981
hasta
junio
de
2006,
43
eran
productos
naturales
inalterados
y
232
(un
23%)
eran
derivados
de
productos
naturales
encuadrados
en
la
denominada
segunda
generación
(6).
Dentro
de
éstos
encontramos
al
docetaxel
(Taxotere®),
un
análogo
de
paclitaxel
(Taxol®)
más
potente
y
más
soluble,
y
a
los
antibióticos
claritromicina
(Biaxin®)
y
azitromicina
(Zitromax®),
ambos
derivados
de
eritromicina
(Figura
1).
Los
taxanos
actúan
estabilizando
los
microtúbulos
y,
junto
con
los
inhibidores
de
la
polimerización
de
tubulina
(7),
se
emplean
muy
frecuentemente
en
la
quimioterapia
del
cáncer
(8).
A
pesar
de
estos
éxitos,
con
la
llegada
de
la
robótica,
la
bioinformática,
la
biotecnología,
el
modelado
molecular
(o
química
in
silico),
el
cribado
de
alto
rendimiento
(HTS),
y
los
métodos
de
síntesis
combinatoria
(9),
empezó
a
decaer
en
la
década
de
los
90
la
utilización
de
los
productos
naturales
para
descubrir
y
desarrollar
nuevos
fármacos.
En
especial,
los
métodos
combinatorios
se
consideraron
una
panacea,
ya
que
permiten
la
obtención
rápida
de
una
gran
cantidad
de
compuestos
entre
los
que
pueden
encontrarse
“cabezas
de
serie”
(lead
compounds).
Sin
embargo,
hoy
día
muchos
investigadores
se
preguntan
si
ha
llegado
el
momento
de
devolver
a
los
productos
naturales
la
posición
preeminente
de
que
gozaron
(10).
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