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VOL. 75 (1), 145-159, 2009 NECROLÓGICA DON ANTONIO DOADRIO LÓPEZ
En esas fechas, y ante la nueva situación estatutaria, se inicia la
actividad de la Comisión de Biblioteca.
En sus últimas Juntas de Facultad, el decano Doadrio, aborda los
criterios para la distribución del crédito, para la transformación o nu-
merización del profesorado contratado, en función de las plantillas
reales y carga docente de los distintos departamentos. Asimismo, se
tendrá presente, la posible amortización de plazas, plan de estudios
previsto, áreas de conocimiento, etc. La mayoría de los departamen-
tos obtuvo alguna dotación.
El 25 de septiembre de 1987, el Dr. Doadrio preside su última Junta
de Facultad, en que notifica el fallecimiento del Prof. Ángel Hoyos de
Castro y la dimisión del Prof. Ruiz Amil. D. Antonio, se despide emo-
cionado de su Junta de Facultad, agradeciendo la colaboración de sus
componentes y del equipo de Administración y Servicios. También in-
dica, que el Prof. José Luis Guillén Llera, como vicedecano más anti-
guo, asumirá la interinidad hasta la elección de nuevo decano.
En nombre de los miembros de Junta de Facultad, interviene el
profesor Dr. D. Salvador Rivas Martínez, agradeciendo a D. Antonio
su trabajo y esfuerzo para dirigir la Facultad de Farmacia.
Hemos visto a través de las ideas, que les he transmitido parte de
la vida y obra de un hombre genial, buen profesor e investigador, que
también dedicó mucho tiempo y esfuerzo a la difícil labor de gestión
y dirección de una Facultad, que como suele calificar nuestro compa-
ñero Vicente Vilas, es el buque insignia de la Farmacia española.
A don Antonio Doadrio, le correspondió ser decano de una
Facultad en permanente cambio, sabiendo bandear con acierto las
épocas difíciles de la transición política y universitaria española.
Recogió y transformó su Facultad de Farmacia, logrando paz y
tranquilidad, pues el sosiego permite cumplir a todos la doble misión
docente e investigadora. Supo mantener el necesario equilibrio, entre
la comunidad universitaria que le tocó dirigir, así como, armonizar
las disciplinas básicas y farmacéuticas. Por tanto, existe una impor-
tante deuda de gratitud hacia el decano Doadrio.
Muchas gracias.
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