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ZURITA, M. Y COLS.  AN. R. ACAD. NAC. FARM.

dichas neoplasias pueden ser consideradas como tumores neuroecto-
dérmicos primitivos con una clara tendencia a la diferenciación neu-
ronal. También merece ser discutida la posible relación etiológica
entre los tumores inducidos por ENU y los tumores cerebrales que
acontecen en la clínica humana. Aunque no existen datos fiables acer-
ca de los factores etiológicos que determinan el inicio de un tumor
cerebral humano, considerándose la posibilidad de un mecanismo
multifactorial, resulta interesante la apreciación de que el contacto
con un carcinógeno, en la época intrauterina de la rata pueda dar
lugar, varios meses después del nacimiento, al desarrollo neoplásico.
Es más, si consideramos el ciclo biológico de los roedores, en el mo-
mento en que las neoplasias experimentales se hacen manifiestas
(edad media de la vida de la rata) sería superponible a la edad de
máxima incidencia de tumores cerebrales en el ser humano (edad
adulta). Si algunos tipos de tumor cerebral humano podrían estar ge-
néticamente determinados como consecuencia de alteraciones cromo-
sómicas resultantes de una exposición a carcinógenos en el período
prenatal, es una cuestión abierta, cuyo planteamiento puede ser váli-
do ante las similitudes cronobiológicas y morfológicas entre los tumo-
res cerebrales humanos y los tumores experimentales inducidos por
nitrosoureas.

Caracterización e histogénesis de los tumores obtenidos

    A la vista de los resultados obtenidos en nuestro presente estudio,
cabe plantearse la exacta caracterización de los tumores experimen-
tales inducidos por ENU, con los parámetros utilizados, y además,
tratar de establecer su histogénesis. Resulta obvio que, al menos en
nuestra serie, los tumores inducidos por ENU en la rata Wistar pre-
sentan características inmunohistoquímicas y de microscopía elec-
trónica comunes, independientemente de su variable aspecto mor-
fológico cuando se estudian con tinciones convencionales, como es
la hematoxilina-eosina. Dichas características comunes nos llevan
a interpretar estas neoplasias como tumores neuroectodérmicos pri-
mitivos, con capacidad para una diferenciación dual, aunque es obvio
que la constante positividad a los marcadores neurales sugiere una
mayor tendencia a la diferenciación neuronal. Esta interpretación es
contraria a los supuestos previamente establecidos, ya que numero-

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