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REAL ACADEMIA NACIONAL DE FARMACIA AN. R. ACAD. NAC. FARM.
formación, primero como becario del CSIC y después como persona
que influyó en nuestra formación científica. La influencia y colabo-
ración de Isabel García Acha, que más tarde iba a ser mi esposa y
madre de mis cinco hijos fue así decisiva. Agradezco hoy aquí su
presencia junto con algunos de mis hijos y nietos.
Varios años en la Universidad de Cambridge, en donde tuve la
oportunidad de realizar un segundo doctorado en Bioquímica Mi-
crobiana, bajo la dirección del distinguido profesor Ernest Gale,
supuso una oportunidad realmente única para tratar de completar
mi formación científica, sentando las bases de la labor que luego
íbamos a realizar primero en la Universidad de Madrid y después en
la de Salamanca, y sobre todo, en el Centro de Investigaciones Bio-
lógicas del CSIC de la calle Velázquez de Madrid. El trato y la cola-
boración con el grupo de ese gran investigador, el profesor Alberto
Sols, fueron también decisivos para contribuir al desarrollo de la
Microbiología y de la Bioquímica y, en cierto modo, influir en el
despegue de la Biología Celular y Molecular en España. Muchos de
los colegas aquí presentes han sido testigos o activos colaboradores
de ese desarrollo científico español producido, en gran medida, en
los ámbitos del CSIC y en especial en el Centro de Investigaciones
Biológicas, o lo que después ha sido su prolongación, el Centro de
Biología Molecular Severo Ochoa. El elevado número de profesores
e investigadores formados en este mismo centro suponen un formi-
dable reflejo de desarrollo científico español e internacional de aque-
lla época. No hay más que repasar los nombres de los científicos
más destacados del ámbito investigador español para reconocer el
auténtico despegue de la ciencia española en los años sesenta, la
creación de la Sociedad Española de Bioquímica bajo la influencia
del siempre recordado Profesor Severo Ochoa y de lo que ha signi-
ficado la gran proyección científica nacional, no sólo en Madrid,
sino también en todos los ámbitos científicos y universitarios es-
pañoles, tomando como base los centros del CSIC.
Y aunque sea brevemente me veo obligado a referirme a lo que
ha supuesto para nosotros la Universidad de Salamanca. Mi incor-
poración a esta Universidad en 1967 ha significado en todo momen-
to, la idea de la prolongación de nuestra larga estancia en la Univer-
sidad de Cambridge de 1955 a 1959, que tanto contribuyó a mi
formación y a mi modesta calidad de científico.
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