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REAL ACADEMIA NACIONAL DE FARMACIA AN. R. ACAD. NAC. FARM.
y del Centro de Información y Asistencia Toxicológica y me nombra-
ron miembro del Ateneo de Toxicología de la Facultad de Medici-
na de la Uniersidad Nacional de Buenos Aires, así como miembro
extranjero de la Academia de Medicina de Argentina. Ni siquiera
cuando me concedieron diferentes condecoraciones, entre ellas una
Gran Cruz, he tenido la emoción y el agradecimiento que el día de
mi ingreso en esta Real Academia Nacional de Farmacia como Aca-
démico Numerario.
No tengáis la menor duda de que todas estas distinciones y con-
decoraciones las cambiaría por seguir siendo Académico Numerario
de esta Real Academia Nacional de Farmacia, tanto es mi cariño por
esta institución.
Pueden comprender mi emoción en este día de hoy que dejo mi
sillón libre para que otra persona pueda desarrollar un trabajo más
fructífero para la Academia que el que yo pueda aportar ahora, limi-
tado por mi edad y especialmente por mi estado de salud.
Esta decisión, la de solicitar mi pase a Académico Supernumera-
rio, la tomé yo personalmente, solo, el día en que no pude terminar
mi conferencia en una sesión pública, y es una demostración del
respeto que tengo yo por esta institución. La conferencia, que ha
terminado siendo un pequeño libro, se titulaba «Farmacia y Arte»,
que preparé con dedicación y esfuerzo, pero que comencé a exponer
con cierta precaución por la dificultad que tengo de expresión, ya
que arrastro varias enfermedades que me limitan, como el Parkin-
son, y mi lesión de laringe producida ésta por la radiación a que he
sido sometido para luchar contra el linfoma que me diagnosticaron
hace unos cuantos años.
Verdaderamente mi preocupación era real y tuvo que terminar la
conferencia mi asistente y colaboradora, ya que mi garganta no dio
más de sí, impidiéndome realizar una exposición digna y acorde con
lo que debe exigir una Real Academia. En ese momento tomé la
decisión, y a través de nuestra Presidenta propuse a la Junta General
mi renuncia a mi sillón y mi pase a la categoría supernumeraria.
Para seguir haciendo camino a mi edad hay que vaciar las alfor-
jas de la vida muchas veces, responsabilidades profesionales, respon-
sabilidades personales y familiares, y llenarlas de sentimientos y de
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