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VOL. 73 (2), 603-640, 2007  INFORMACIÓN ACADÉMICA

farmacéuticas. Poseer patentes, esto es, conocimiento reconocido por
medios jurídicos, es gozar de perspectivas de futuro. Knowledge es la
palabra inglesa para «conocimiento». Sobre el sustantivo knowledge
ha dicho Bill Gates (2005: 100) que se ha convertido en un adjetivo.
No ha intentado reducir su valor con esta apreciación; más bien, al
contrario, ha querido resaltar su importancia por figurar repetida-
mente en posición atributiva formando parte de muchas de las unida-
des léxicas de nuestros días, como knowledge economy, knowledge
market, knowledge broker, knowledge community, etc.

    La sociedad del conocimiento ha impulsado igualmente, además,
dos cuestiones que considero básicas: por una parte, un nuevo re-
planteamiento de la organización del conocimiento y, por otra, la in-
terdisciplinariedad o fecundación entre distintos métodos y conteni-
dos. Gracias a esa interdisciplinariedad hemos podido colaborar unos
lingüistas con unos científicos de las ciencias farmacéuticas en la
confección del diccionario terminológico bilingüe.

3. Rasgos del lenguaje de las Ciencias Farmacéuticas

    El lenguaje de estas ciencias comparte los rasgos generales del
lenguaje científico, pero tiene, además, unas características muy
particulares:

    a) Un equilibrio entre lo aristocrático y lo popular. Utilizo el
          término aristocrático en su connotación de «culto», es decir,
          en la que nos remite a nuestras raíces grecolatinas. Tomemos,
          por ejemplo, la palabra «adrenalina». Por poco que indague-
          mos en su etimología nos encontraremos la preposición latina
          «ad» y la palabra renalis, de la misma lengua. Y en otro térmi-
          no relacionado con el anterior, «epinefrina», en este caso ve-
          mos el prefijo «epi» y el sustantivo «nefro», los dos de origen
          griego. La lista es larguísima, como ya saben ustedes por ser
          los especialistas. Añadiré un término más modesto que justifi-
          ca esta fascinación por lo aristocrático. Me refiero a «algodón
          hidrófilo», que en los Estados Unidos se dice absorbent cot-
          ton, y cotton wool en el Reino Unido. En español, en cambio,
          se prefiere una imagen casi poética, la de «amante del agua»
          y, además, se expresa con palabras latinas.

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