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Don León. Retazos de su vida
ESPERANZA TORIJA ISASA
Catedrática de Universidad
Estar aquí hoy, dirigiéndome a todos ustedes, es para mí un
honor y un privilegio. Agradezco profundamente la invitación a
participar en este acto emotivo, lleno de cariño hacia el amigo que
nos dejó, pero siento la profunda pena de referirme a él en la lejanía
de no tenerle con nosotros.
Quiero expresar, en primer lugar, mis condolencias a su familia,
a Maruja, su mujer y a sus hijos Pilar y Salvador. Esta condolencia
no es solo mi sentir, sino el de todo el departamento de Nutrición y
Bromatología II, Bromatología. Quiero además hacer extensivo este
pésame a la Real Academia Nacional de Farmacia por haber perdido
a uno de sus miembros más activos.
¿Quién fue León Villanúa Fungairiño? ¿Quién fue D. León?
Para mí, ha sido y seguirá siendo D. León; León afectuosamente,
pero D. León, porque siempre le he visto como el gran hombre que
merece la mayúscula y el respeto afectuoso al nombrarle, casi con
los modos y maneras de la España tradicional, donde aún en el siglo
XX, en familias de diferentes regiones, se seguía llamando a los
padres de usted. No por decirle D. León le he tenido menos cariño
ni menos confianza.
La respuesta a la pregunta sobre quién fue D. León, será diferen-
te según a quién se la hagamos. Para su familia, fue el marido, el
padre y abuelo, tan querido. Para nosotros, sus discípulos, sus ami-
gos, sus compañeros, fue, por encima de todo, el amigo. Para todos
fue el hombre bueno, el hombre cordial y amigable, siempre tranqui-
lo y de buen carácter.
A modo de ejemplo quiero hacer referencia a lo que se dijo de él
en la última «Comisión de Aguas Minerales y Mineromedicinales»
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