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M. R. DE FELIPE ANTÓN Y COLS. AN. R. ACAD. NAC. FARM.
Por el contrario, el inmunomarcado de ABA en los nódulos reveló
que los niveles de esta hormona eran bajos y homogéneos en todas las
zonas del nódulo. Estos resultados indican la capacidad de síntesis
local de AIA en la zona meristemática del nódulo de altramuz, así
como la posible implicación de AO en la organogénesis nodular y en
la autorregulación del crecimiento y el desarrollo de los nódulos.
FIGURA 4. Localización de aldehído oxidasa. A) Fotografía de campo claro
mostrando zona meristemática lateral (LMZ). B) Imagen de microscopía láser
confocal de localización de aldehído oxidasa, en LMZ. C) Detalle de B,
mostrando localización de aldehído oxidasa en células infectadas con bacterias
con fluorescencia en verde. Barra: A y B, 100 µm; C, 10 µm.
2.1.5. Estructura del nódulo de lupino
La Figura 5 muestra un nódulo de lupino al microscopio óptico (7).
Está formado por una corteza externa (CE) de células alargadas más
o menos isodiamétricas, una corteza media (CM) de células irregula-
res de mayor tamaño y de paredes engrosadas, una corteza interna
(CI) y una zona central que corresponde a la zona infectada (ZI). Los
haces vasculares por los que se comunica el nódulo con la raíz se si-
túan en la corteza interna. La zona central está formada por células
infectadas únicamente. En las células infectadas, las bacterias se
transforman en bacteroides, rodeándose de una membrana de origen
vegetal, la llamada membrana peribacteroidal. La unidad fijadora de
nitrógeno o simbiosoma, está constituida por uno o más bacteroides
separados del citosol por la membrana peribacteroidal.
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