Page 200 - 71_02
P. 200

JULIO ÁLVAREZ-BUÍLLA  AN. R. ACAD. NAC. FARM.

que se incorporase a los laboratorios, o trabajar muchas veces sin
resultados aparentes, para ir dotando a los laboratorios, todavía con
la misma estructura que había diseñado en su día D. Antonio Madi-
naveitia, con mejores instalaciones. Costó muchos años escribir los
trabajos, y todos tuvimos que aprender primero publicando en revis-
tas nacionales, y después en revistas internacionales, modestas y
luego mejores, poco a poco.

    Nada más acabar la Tesis Doctoral, en 1976, los doctores más
jóvenes del grupo comenzamos a intentar hacer una estancia post-
doctoral en algún centro internacional de prestigio. Algo que nos
permitiese mejorar nuestro nivel técnico en el laboratorio. Gregorio
González Trigo aceptó que marchásemos los primeros a hacer nues-
tras estancias correspondientes: Modesta Espada marchó a Marsella
con José Elguero, a mí me aceptó Alan R. Katritzky, en la Univer-
sidad de East Anglia, y Paloma Ballesteros vino después a East Anglia
y después marchó a Estados Unidos. Otros siguieron a partir de
entonces este camino.

    Mi llegada a East Anglia en 1978 fue una impresión inolvidable,
que yo suelo representar con el modelo de que salté de un laborato-
rio de comienzos del siglo XX a uno de finales en pocos días. El
grupo de ARK era en aquel momento uno de los más relevantes del
mundo en química de compuestos heterocíclicos. Lo que aprendí
con ARK y su equipo —que difícil es en ciencias experimentales
hablar hoy de individualidades— ha sido, aunque otros científicos
me hayan influenciado después, la base sobre la que he asentado mi
labor investigadora en los años posteriores.

    Después, de regreso a Madrid, busqué mi camino en la Universi-
dad de Alcalá, donde desde el año 1981 he desempeñado mi trabajo.

    Para mí, si tengo que llamar a alguien maestro, éste sería sin
duda a Alan R. Katritzky; él y su equipo me enseñaron este oficio
que tanto me apasiona. Pero nada de esto hubiera sido posible si
Gregorio González Trigo no hubiese estado al principio del camino
con su magisterio, aliento y apoyo. Este ha sido su mayor mérito,
haber huido de la comodidad, al incorporarse al Departamento de
Química Orgánica de Farmacia de la Universidad Complutense, y
haber abierto las puertas para que otros, que veníamos detrás, re-
abriésemos una escuela que había desaparecido durante años.

480
   195   196   197   198   199   200   201   202   203   204   205