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VICENTE VILAS SÁNCHEZ  AN. R. ACAD. NAC. FARM.

    Don Pablo, como le llamábamos los alumnos, tenía un carácter
áspero y aparentemente difícil, pero en el fondo le reconocíamos
como una muy buena persona. Se manifestaba contundente y claro,
como buen castellano, pues nacido en Piñel de Abajo, en el corazón
de esa recia tierra castellana, bañada por el Duero y que da los más
afamados vinos y los mejores cereales, esta tierra rica y próspera,
pero austera y noble, fue la que le modeló como persona exigente
pero también condescendiente. Actuaba como el intermediario entre
el venerado y solemne profesor Portillo, al que veíamos muy alejado
y de difícil acceso, y nosotros.

    Don Pablo, por su gran físico, nos imponía respeto, aún lo re-
cuerdo con su gran presencia, cuando iba a dar la clase, le veíamos
transitar por el pasillo con la bata abierta y flameante como una
bandera al viento, y en su mano, un largo puntero en ristre, cual
adarga de un caballero medieval, al inicio de un lance.

    Durante el curso nos dio bastante clases teóricas, sobre todo de
medidas eléctricas, así como también todas las clases de problemas.
Confeccionó un libro de ejercicios prácticos, muy completo, con las
descripciones de las experiencias, los métodos operativos, y la rela-
ción del material imprescindible, así como con una hoja en cada
práctica para la presentación de los resultados y su análisis. Dicho
manual constituía un verdadero libro docente de experiencias sobre
esta asignatura.

    Me viene a la memoria la anécdota de que estando en Zaragoza
con mi familia durante las vacaciones de verano, fui a visitar la
Facultad de Ciencias, saludando en su despacho al catedrático
de electricidad y magnetismo Señor Don Juan Cabrera y Felipe. Me
preguntó por la vida en Madrid y por mi Facultad, por la que se
tomó mucho interés, aproveché para enseñarle la guía de prácticas,
anteriormente comentada, que la ojeó detenidamente y añadió: «Esta
es una gran asignatura, deberíamos tenerla en la licenciatura de
físicas», esto me llenó de satisfacción por la valoración que hacía
personalidad científica tan relevante.

    En un viaje de corta duración que nos hizo el Profesor Benma-
man, nos comentó que el Libro de Técnica Física del Profesor Por-
tillo y el de Prácticas de Don Pablo, le habían servido de valiosas

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