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ÁLVARO DOMÍNGUEZ GIL  AN. R. ACAD. NAC. FARM.

2.000 mOs/Kg de agua, cuando la osmolaridad de la sangre, con la
que va a entrar en contacto, es aproximadamente de 300. Esta ele-
vada hipertonicidad de las soluciones de medio de contraste es la
responsable de gran parte de los efectos secundarios que se produ-
cen, y es una de las cuestiones a resolver por el farmacéutico prepa-
rador.

    Un requisito, asimismo importante, es que el medio de contraste
debe mostrar un alto grado de estabilidad química, es decir, que no
libere iodo por degradación química o metabólica. Esta condición es
cumplida por los compuestos del ácido diatrizoico y a ella se debe
el éxito que tiene después de tantos años en la clínica.

    En resumen, podemos concretar que el agente de contraste a los
rayos X ideal deberá reunir las siguientes condiciones:

    Máxima opacidad a los rayos X.
    Inercia farmacológica.
    Estabilidad química.
    Efectos osmóticos mínimos.
    Rápida eliminación.
    Adecuada viscosidad.

    Las soluciones acuosas de los contrastes clásicos de primera
generación citados anteriormente, son generalmente bien tolerados
por el paciente. En algunos casos pueden producirse efectos adver-
sos que van desde náuseas, manifestaciones anafilácticas, hasta efec-
tos cardiovasculares respiratorios y neurológicos, como veremos más
adelante.

    Las toxicidades experimental y clínica de estos compuestos se ha
demostrado que están directamente relacionadas con los tres facto-
res siguientes:

    Quimiotoxicidad del agente.
    Hipertonicidad.
    Carga eléctrica.

    La quimiotoxicidad depende de su estructura química, ésta jun-
tamente con la hipertonicidad, producen efectos aditivos indesea-
bles, por lo que un medio de contraste intravascular mejorado debe
tratar de obviar, dentro de lo posible, estas características, de forma

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