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VOL. 70 (3), 777-787, 2004  LA MICROENCAPSULACIÓN DE CÉLULAS: ¿UNA NUEVA...

cápsulas y el estudio biológico y genético de las líneas celulares. Una
de las primeras necesidades es la correcta selección de los materiales
que van a constituir tanto el núcleo como la cubierta de la microcáp-
sula. Un gran número de polímeros naturales y sintéticos han sido
empleados en el desarrollo de la matriz, destacando fundamental-
mente el alginato, un polímero natural procedente de las algas y con
excelentes propiedades de biocompatibilidad y atoxicidad (5). Es
precisamente la biocompatibilidad, es decir, la capacidad de un
material de no inducir respuesta inmune en el huésped una vez
implantado, uno de los criterios que dictará la selección de uno u
otro biomaterial.

    Por su parte, la poli-L-lisina es el policatión más frecuentemente
empleado en el diseño de la membrana semipermeable característica
de los sistemas de inmovilización. Esta membrana permitirá la en-
trada de nutrientes y oxígeno y la salida de desechos y productos
terapéuticos de interés. En cambio, los receptores de la células T no
podrán interaccionar con los antígenos de superficie de las células
protegidas y las inmunoglobulinas y el complemento quedarán par-
cialmente impedidos gracias a los poros de la membrana, disminu-
yendo o incluso reduciendo totalmente su poder citotóxico.

    Otro aspecto importante es el diseño uniforme y reproducible de
las microcápsulas, ya que la elaboración y trasplante de sistemas
heterogéneos e irregulares está relacionada con una mayor probabi-
lidad de rechazo. En los últimos años, sistemas como el goteador
electrostático y el «Jet Cutter» han sido empleados satisfactoriamen-
te en la fabricación de microcápsulas uniformes. La estabilidad me-
cánica es otro criterio a tener en cuenta en la elaboración de estos
sistemas farmacéuticos, ya que una correcta estabilidad permitirá
reducir posibles rupturas derivadas de la manipulación, adminis-
tración, estrés osmótico, golpes mecánicos, movimientos del hués-
ped, etc. Por último, pero no por ello menos importante, es la bio-
seguridad de las microcápsulas. Es prioritario que la microcápsula
impida la salida de las células terapéuticas, ya que existe el riesgo de
un crecimiento incontrolado de las mismas (6, 7).

    El segundo componente a considerar es la línea celular terapéu-
ticamente activa. Determinados criterios como la prolongada viabi-
lidad y la elevada secreción intrínseca del producto terapéutico por

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