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F. PÉREZ-VIZCAÍNO Y COLS. ANAL. REAL ACAD. NAC. FARM
cipal fuente fisiológica de NO endógeno y desde donde éste difunde hacia las
células musculares lisas adyacentes. Sin embargo, el NOi empleado en tera-
péutica tiene que cruzar la adventicia en su camino desde el alvéolo hacia las
células musculares lisas de la arteria pulmonar. Por lo tanto, aun cuando la
adventicia es una capa muy delgada en arterias de resistencia pulmonar, el
NOi podría ser inactivado por el estrés oxidativo a este nivel.
En condiciones fisiológicas, la inactivación del NO por el O2- y la co-
rrespondiente producción de ONOO- esta limitada por la actividad de la SOD
intracelular. Sin embargo, en presencia de altas concentraciones de NO (por
ejemplo, tras la administración de NOi) o en situaciones patológicas (por
ejemplo, hipertensión pulmonar asociada a sepsis, síndrome de distrés respi-
ratorio, o de otras formas de daño pulmonar) puede producirse un aumento
del estrés oxidativo y, en consecuencia, una elevación de los niveles de
ONOO-. Éste es un producto tóxico a nivel pulmonar (Hampl y Herget,
2000), por lo que el efecto beneficioso del NOi podría verse atenuado par-
cialmente por el daño pulmonar inducido por el ONOO-. Por lo anterior, es
importante que se evite en la medida de lo posible la formación de ONOO-
durante la terapia del NOi.
El uso de donadores de NO administrados de forma inhalada, que son
menos susceptibles a la inactivación por el O2-, podría ser una estrategia más
efectiva para liberar NO en las CMLV, evitando la inactivación por el O2- y
la formación excesiva de ONOO-. De hecho, resultados preliminares indican
que la administración de SOD por vía intravenosa asociada a la terapia con
NOi puede ser beneficiosa (Albert y cols., 1999). Una teórica ventaja adicio-
nal es que la baja inactivación de los donadores de NO por la oxihemoglobi-
na conllevaría un menor riesgo de metahemoglobinemia. Sin embargo, pues-
to que la inactivación del NO por oxihemoglobina determina la selectividad
pulmonar (debido a la rápida eliminación del NO por la sangre), este benefi-
cio podría conseguirse a costa de un incremento de sus efectos sistémicos
(Green y cols., 1982). Recientemente, se han descrito estudios experimenta-
les y clínicos acerca de la utilización de los donadores de NO administrados
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