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J.
R.
Lacadena,
J.
A.
Esteban,
B.
de
Pascual
sistema
de
transporte
de
membrana
está
destinado
a
la
síntesis,
empaquetamiento,
procesamiento
y
liberación
de
insulina.
De
hecho,
gran
parte
de
su
contenido
celular
está
ocupado
por
los
gránulos
de
secreción
(arriba
a
la
derecha).
Dada
la
importancia
del
sistema
de
transporte
de
membrana
para
los
distintos
tipos
celulares,
no
es
sorprendente
que
su
alteración
dé
lugar
a
una
gran
variedad
de
enfermedades.
De
hecho,
es
gracias
al
conocimiento
de
este
sistema
que
hemos
podido
entender
la
base
genética
y
molecular
de
múltiples
enfermedades
en
humanos.
A
continuación
menciono
sólo
unos
pocos
ejemplos
para
poner
de
relieve
la
variedad
de
patologías
que
pueden
producirse.
Tejidos
estructurales
como
los
huesos
o
cartílagos
están
basados
en
la
producción
de
una
compleja
matriz
extracelular,
que
es
la
que
da
consistencia
al
tejido.
En
su
mayor
parte,
esta
matriz
está
compuesta
por
proteínas
altamente
modificadas
que
son
producidas
por
osteoblastos
y
condrocitos
(células
generadoras
de
hueso
y
cartílago,
respectivamente).
Estas
proteínas
tienen
que
ser
empaquetadas
y
secretadas
al
medio
exterior
utilizando
esencialmente
los
mismos
mecanismos
de
transporte
descritos
anteriormente.
Cuando
estos
mecanismos
fallan,
la
formación
de
huesos
y
cartílagos
es
defectuosa,
lo
que
da
lugar
a
graves
malformaciones
durante
el
desarrollo.
Es
el
caso,
por
ejemplo,
de
mutaciones
en
la
proteína
GMAP--210,
que
se
encarga
de
organizar
el
aparato
secretor
y
anclarlo
al
citoesqueleto
de
los
condrocitos.
Al
fallar
el
aparato
secretor,
se
produce
la
acumulación
intracelular
de
una
proteína
de
la
matriz
del
cartílago,
el
perlecan,
lo
que
impide
la
correcta
formación
del
cartílago
(acondrogénesis
tipo
IA).
Otro
órgano
que
depende
en
gran
medida
de
los
sistemas
de
tráfico
intracelular
es
el
riñón.
Aquí
se
produce
una
intensa
actividad
de
filtración
e
intercambio
de
sustancias,
que
depende
de
la
correcta
localización
de
multitud
de
proteínas
que
actúan
como
transportadores
moleculares.
En
el
caso
del
síndrome
de
Lowe,
se
encuentra
mutada
la
proteína
OCRL1.
Esta
proteína
se
encarga
del
metabolismo
de
unos
lípidos
de
membrana
específicos,
los
fosfoinosítidos,
cuya
correcta
localización
es
fundamental
para
la
organización
del
sistema
de
transporte
intracelular.
La
falta
de
esta
proteína
da
lugar
a
alteraciones
oculares,
cerebrales
y
renales,
que
constituyen
el
síndrome
de
Lowe
(de
ahí
el
nombre
de
la
proteína,
OCRL).
Finalmente,
un
órgano
que
depende
críticamente
del
transporte
de
membranas,
como
mencionaba
anteriormente,
es
el
cerebro,
debido
a
los
requerimientos
de
la
comunicación
neuronal.
Hay
multitud
de
enfermedades
mentales
debidas,
directamente
o
indirectamente,
a
defectos
en
el
proceso
de
transporte
intracelular
de
membrana.
Por
ejemplo,
mutaciones
en
la
proteína
Rab39b
da
lugar
a
una
acumulación
defectuosa
de
vesículas
de
neurotransmisor
en
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