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ORIGEN
DPTO
BIOQUÍMICA…
reciente
de
estas
fechas
respecto
a
la
larga
trayectoria
histórica
de
“nuestra”
Universidad,
de
ocho
siglos,
puede
deducirse
que
es
relativamente
tardía
la
implantación
oficial
de
la
docencia
y
la
investigación
bioquímicas
en
Salamanca.
Y
cabe
preguntarse:
¿Por
qué
sucedió
esto?
¿Se
conocen
algunos
antecedentes
sobre
intentos,
al
menos,
de
establecer
estudios
de
este
tipo,
aunque
fuera
de
forma
rudimentaria?
Si
esto
tuvo
lugar,
¿qué
Facultades
tuvieron
mayor
implicación
en
tales
intentos?
Resumidamente,
se
puede
anticipar
que
existen
precedentes,
escasos
(aunque
muy
meritorios),
acerca
del
cultivo
inicial
del
estudio
y
aplicaciones
(sobre
todo
terapéuticas)
de
materias
vinculadas
tanto
a
la
faceta
química
como
a
la
biológica,
que
integran
el
contenido
de
la
Química
Biológica
(=Bioquímica)
de
nuestros
días.
Con
un
criterio
amplio,
quizá
podría
admitirse
que,
si
el
rey
Alfonso
X
establece
en
la
denominada
Carta
magna
de
la
Universidad
salmantina
(año
1254)
que
“ayan
un
apo[the]cario”
en
la
misma,
tal
cargo
significa
que
quien
lo
desempeñase
debería
tener
el
conocimiento
(aunque
fuera
rudimentario
y
empírico)
de
las
virtudes
terapéuticas
de
ciertas
plantas,
como
mínimo.
Siglos
después,
mejorado
este
conocimiento
y
ampliado
considerablemente
a
partir
del
Descubrimiento
de
América
mediante
la
utilización
de
plantas
de
aquella
procedencia,
y
además
incorporando
al
arsenal
terapéutico
valiosos
materiales
de
carácter
químico
(como
el
mercurio),
resulta
atractivo
pensar
que,
poco
a
poco,
se
iba
avanzando
en
una
parcela
del
que
sería
el
terreno
dilatado
de
la
Química
Biológica,
luego
llamada
Bioquímica.
Ya
en
el
siglo
XVIII,
hubiera
sido
necesario
poner
en
práctica
ideas
preconizadas
por
la
Ilustración,
de
las
que
eran
partidarios
algunos
profesores
del
Estudio
salmantino:
impulsar
el
conocimiento
de
materias
como
la
Botánica
y
la
incipiente
Química.
Pero
se
tropezó
en
Salamanca
con
la
tenaz
resistencia
de
los
clérigos
de
la
Facultad
de
Teología,
así
como
la
de
algunos
juristas;
por
un
lado,
dada
su
concepción
arcaica
sobre
algunas
materias
a
las
que
consideraban
de
inferior
categoría
o
innecesarias,
y
por
otro,
ante
el
fundado
temor
de
que
la
introducción
de
la
enseñanza
de
nuevas
y
costosas
disciplinas
(por
su
carácter
experimental)
sería
a
costa
de
los
ingresos
de
las
antiguas,
de
los
que
ellos
eran
los
principales
beneficiarios.
No
obstante,
en
la
botica
del
hospital
salmantino
se
aprendía
Botánica
siguiendo
la
obra
del
prestigioso
farmacéutico
madrileño
D.
Casimiro
Gómez
Ortega.
En
1811,
bajo
la
dirección
del
entonces
Gobernador
francés
de
la
ciudad,
Barón
de
Thiébault,
se
elaboró
un
“Informe
sobre
la
Universidad
de
Salamanca”
–
todavía
entonces
considerada
como
modelo
para
todas
las
del
reino--
en
el
que
se
sugerían
modificaciones
en
la
docencia
de
algunas
materias
de
Medicina
y,
como
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