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SESIÓN
NECROLÓGICA
pintor,
por
las
sales
volátiles
de
plomo,
que
con
otras
patologías
frecuentes
de
su
época,
y
que
Guillermo
trató
con
el
rigor
del
científico
que
corresponde
a
un
especializado
en
la
materia.
En
esta
Academia,
dijo,
que,
en
la
época
del
pintor
aragonés,
los
conocimientos
en
bioquímica
clínica
y
molecular
eran
todavía
rudimentarios,
y
sus
diagnósticos
incorrectos
al
juzgarlos
hoy
con
nuestros
conocimientos.
Aportó
interesantes
datos
con
los
de
otros
científicos
que
han
investigado
este
tema,
atraídos
por
el
gran
interés
mundial
y
la
expresión
y
el
porqué
del
significado
de
la
evolución
de
la
pintura
en
los
cuadros
del
pintor
aragonés,
abocado
a
las
pinturas
negras
por
sus
alucinaciones,
como
propusieron
además
de
Guillermo
otros
varios
científicos:
Blumberg
y
cols.,
William
A.
Frosch,
1994;
Fernández--Doctor
y
Selva;
Soler
y
cols.;
Robert
Hughes;
Werner
Hofmann;
Evans
S.
Conell
y
J.
Montes.
Además
de
lo
dicho,
publicó
trabajos
originales
sobre
numerosos
elementos
minerales,
en
relación
a
la
toxicología
de
iones
minerales
de
metales
pesados,
como
mercurio,
plomo
y
cadmio.
Elementos
que,
en
el
ser
humano,
afectan
a
diversos
órganos
sistémicos
y
sistema
nervioso,
y
que
cursan
con
graves
trastornos
neuromusculares
y
degenerativos.
Como
trabajador
afín
en
el
campo
de
la
toxicología,
puedo
manifestar
que
el
amigo
y
eminente
investigador,
desarrolló
su
actividad
profesional
de
destacado
toxicólogo
en
el
mencionado
Instituto
durante
los
mejores
y
más
activos
años
de
su
vida,
muy
conocido
en
los
ambientes
científicos
internacionales,
y
con
una
gran
capacidad
de
decisión
para
el
rumbo
a
seguir
en
los
temas
mundiales
de
la
toxicología
humana,
alimentaria
y
ambiental.
Pues
conocía
bien
desde
su
labor
de
dirección
institucional
en
el
Ministerio
de
Justicia
del
Estado
español,
lo
que
se
debía
programar
para
los
agentes
o
moléculas
tóxicas
en
el
ser
vivo
y
primordialmente
en
el
humano,
en
nuestro
país
y
en
Europa,
y
para
el
diagnóstico,
para
los
tratamientos,
antídotos
y
seguimiento
de
las
numerosas
patologías
e
intoxicaciones.
Conocía
bien
la
trascendencia
tanto
social
como
en
el
ser
vivo,
en
la
célula
y
a
nivel
molecular,
el
significado,
tanto
de
los
iones
minerales
como
de
las
moléculas
orgánicas,
sus
mezclas,
sus
efectos
y
consecuencias.
Comenté
muchas
veces
con
Guillermo,
al
hilo
de
lo
que
ocurría
tan
solo
hace
50
años,
y
en
paralelismo
a
la
investigación
actual,
sobre
la
necesidad
de
incorporar
tecnología
para
un
buen
diagnóstico
y
tratamiento.
Y
teníamos
la
sorpresa,
casi
cotidiana,
que
las
ciencias
experimentales
habían
transformado
la
visión
del
mundo
e
incluso
la
comprensión
del
hombre.
Humanamente
era
Guillermo,
y
lo
recordamos
en
las
palabras
que
nos
dirigió
uno
de
sus
hijos
al
finalizar
la
celebración
de
funeral,
un
hombre
optimista
y
alegre,
y
hasta
a
veces
irónico,
porque
lo
concede
el
amplio
saber
científico.
Aunque
sabía
que
se
extiende
la
sombra
de
una
crisis
de
pensamiento
y
el
vacío
de
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