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F.
SÁNCHEZ
MADRID
&
P.
MARTÍN
Hoffman
en
la
mosca
Drosophila
melanogaster,
parten
de
los
estudios
de
la
Dra
C.
Nusslein--Volhard,
al
comienzo
de
la
década
de
los
80,
sobre
genes
implicados
en
el
desarrollo
de
la
mosca,
que
organizan
su
simetría
y
polaridad,
entre
los
que
identificó
el
gen
Toll
(del
alemán:
Súper,
Fantástico),
que
controla
el
establecimiento
de
su
eje
dorso--ventral
(3).
Siguiendo
la
estela
del
trabajo
del
Prof.
H
Boman,
que
identificó
en
la
hemolinfa
del
insecto
una
serie
de
potentes
péptidos
catiónicos
antimicrobianos
(4),
el
grupo
del
Dr.
Hoffman
identificó
una
nueva
función
para
el
gen
Toll;
la
defensa
de
invertebrados
frente
a
infecciones
fúngicas
(5).
Concretamente,
mediante
el
estudio
de
la
regulación
del
péptido
anti--fúngico
drosomicina,
observó
que
los
mutantes
en
el
gen
Toll
no
eran
capaces
de
expresar
la
drosomicina,
y
por
tanto,
eran
muy
susceptibles
a
las
infecciones
por
el
hongo
Aspergillus
fumigatus.
Otro
hallazgo
de
gran
interés
del
grupo
del
Prof.
Hoffman
consistió
en
la
identificación
de
motivos
estucturales
para
NF--kB
en
la
drosomicina
(6).
Conjuntamente
con
el
grupo
del
Dr.
Charles
Janeway
propusieron
así
la
existencia
de
mecanismos
y
receptores
conservados
evolutivamente
en
invertebrados
y
mamíferos,
responsables
del
control
de
la
respuesta
inmune
innata
(7,
8).
Poco
después,
se
revelaría
la
homología
de
las
regiones
citoplásmicas
del
receptor
de
IL--
1
con
la
proteina
Toll
(9).
De
forma
independiente,
el
grupo
del
Dr.
Beutler,
mediante
el
análisis
del
proceso
molecular
de
la
sepsis
durante
la
respuesta
a
infecciones
por
bacterias
gram--negativas
en
ratones,
descubrió
el
gen
responsable
de
su
reconocimiento
por
parte
de
los
macrófagos.
El
receptor
codificado
por
dicho
gen,
denominado
TLR4
(Toll--like
receptor,
“receptor
parecido
a
Toll”),
por
su
gran
homología
con
el
gen
Toll
de
Drosophila,
reconoce
el
lipopolisacárido
o
endotoxina,
componente
patogénico
de
las
bacterias.
Simultáneamente,
Beutler
y
otros
describieron
la
serie
de
procesos
intracelulares
que
se
desencadena
después
de
la
activación
de
este
receptor
TLR4,
que
culmina
en
la
producción
de
proteínas
y
citocinas
pro--
inflamatorias,
como
el
Factor
de
Necrosis
Tumoral
(TNF--alfa).
Desde
entonces
se
consideraría
a
éste
como
indicador
paradigmático
de
la
inducción
de
la
respuesta
inflamatoria
(10,
11).
3.
ESTRUCTURA,
FUNCIÓN
Y
LIGANDOS
DE
LOS
TLRS
Gracias
a
estos
primeros
estudios,
se
conocen
actualmente
al
menos
11
genes
TLRs,
implicados
en
la
defensa
frente
a
agentes
bacterianos,
fúngicos
y
víricos
(Figura
3).
Se
pueden
agrupar
en
dos
categorías,
dependiendo
de
si
su
expresión
es
en
la
membrana
plasmática
o
bien
en
compartimentos
endosomales.
Entre
los
TLRs
expuestos
en
membrana
celular,
están
TLR2,
que
puede
asociarse
a
TLR1
o
TLR6
para
reconocer
lipopéptidos
di--
o
tri--acilados;
TLR5
y
TLR11,
que
detectan
respectivamente
las
proteínas
bacterianas
flagelina,
un
componente
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