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JOSÉ ANTONIO CABEZAS FERNÁNDEZ DEL CAMPO  AN. R. ACAD. NAC. FARM.

modo se originarían las temidas segundas o terceras oleadas de otras
pandemias.

    Afortunadamente, algunas de las medidas tomadas en los últimos
años para prevenir o combatir la esperada pandemia que originaría
el mencionado virus A/H5N1 aviar están siendo útiles en la presente
ocasión. Así, los fármacos antivirales oseltamivir (Tamiflu) y zanami-
vir (Relenza), que inhiben la acción de la enzima vírica neuramini-
dasa (= sialidasa), son eficaces frente a este A/H1N1 de procedencia
porcina, aunque el riesgo de que se originen cepas resistentes (como
ya sucede en la gripe estacional respecto al oseltamivir) aconseja ser
muy cautos en la dispensación de dichos dos medicamentos. Asimis-
mo, la elaboración de vacunas (probablemente con virus vivos ate-
nuados) por técnicas similares a las tradicionales, intentando que
éstas sean algo más rápidas, es la táctica prevista y recomendada
actualmente por la OMS, aunque debe realizarse sin perjuicio de la
preparación de las vacunas destinadas a la gripe estacional. La po-
sibilidad de emplear técnicas más avanzadas (mediante cultivos ce-
lulares, vacunas recombinantes, etc.) es una interesante meta, pero
no aplicable aún en la actual situación como forma general.

    Por otro lado, el uso de agentes como las estatinas, que actúan
regulando la alteración funcional provocada ocasionalmente por al-
gunas citocinas en enfermedades como la gripe, se considera como
una posible terapia complementaria (o incluso sustitutoria) en el
caso de una pandemia, dado su bajo coste. También puede ser muy
útil en el futuro disponer de agentes que influyan sobre proteínas
como la no estructural NS1, o sobre las de la matriz de la envoltura
vírica, como la M2. Finalmente, resulta prometedora la utilización
de adecuados anticuerpos frente algún componente vírico. Por tanto,
los esfuerzos investigadores venideros se dirigen a hallar agentes que
bloqueen cualquiera de las varias etapas del ciclo biológico del virus.
Lógicamente, no hay que descuidar las medidas preventivas, pero
sin incurrir en exceso de alarmismo.

    La Directora General de la Organización Mundial de la Salud
(OMS), Margaret Chen, el 11 de junio de 2009, ha elevado la conside-
ración de alarma de fase 5 reconocida hasta ahora a la máxima de 6,
según la cual el virus se contagia de persona a persona en un tercer
país distinto de la región de la OMS donde se detectó inicialmente.

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