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VOL. 72 (1), 167-170, 2006 NECROLÓGICA DON ANTONIO PORTOLÉS ALONSO
ca. Recibió los reconocimientos del ejército de la Cruz y la Placa de
San Hemenegildo.
Esta vocación investigadora le supusieron mucho sacrificio per-
sonal y familiar, pero también muchas satisfacciones.
El Profesor Doctor Don Rubén López García tendrá ocasión de
desarrollar, a continuación, esta faceta de gran investigador desde la
visión del que fuera su entrañable colaborador.
Reflejo de su espíritu disciplinado y de su gran fuerza de volun-
tad eran los carteles elocuentes que adornaban su despacho con
frases como:
«Hay que buscar la verdad dondequiera que esté, y aceptarla sin
mirar de dónde viene», o un panel en el que un ratoncito se esfor-
zaba por arrastrar cuesta arriba a un elefante mientras decía: «Whe-
re there’s a will there’s a way» (Allí donde haya un deseo, se encon-
trará una solución).
Su capacidad y vocación emprendedora le llevaron también a
dedicarse con afán y especial cariño a las labores organizativas de
esta Academia, donde, bajo la dirección del Profesor Don Rafael
Cadórniga, ocupó durante varios años el cargo de Secretario, como
tendrá oportunidad de desarrollar la Profesora Doctora M.ª del Car-
men Francés Causapé.
En la faceta personal de Don Antonio resalta su resistencia física
y su afán de superación, llegando a ser un buen deportista y desta-
cando en gimnasia, equitación y esquí, donde consiguió varios tro-
feos en competiciones y socorrismo de montaña.
Asimismo, mostró tener muchas cualidades para las artes, como
la pintura y la escritura, artes que tuvo ocasión de desarrollar desde
una edad muy temprana y luego estando becado en París, donde
dedicaba los ratos libres que su trabajo de investigación en el Insti-
tuto Pasteur le permitían para desarrollar dichas aficiones.
Estaba de nuevo alejado temporalmente de su familia (en aquel
entonces ya con tres hijos muy pequeños) pero la observación de los
pintores espontáneos en la Place du Tertre en Montmartre le permi-
tió observar, aprender, entretenerse y desarrollar una faceta para la
que siempre tuvo grandes cualidades.
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