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VOL. 66, (4) 2000 NECROLÓGICA D. MANUEL MARTEL
marcha atrás en su reloj biológico, y convertirse en una célula joven y
pluripotente
La posibilidad de reproducir estas experiencias con células
humanas, ha creado grandes esperanzas desde el punto de vista clínico, en
lo que se denomina clonación terapéutica, que no es más que utilizar
dichas células pluripotentes, por ejemplo, para desarrollar células
neuronales, que podrían acabar con los problemas derivados de la
enfermedad de Alzheimer o el Parkinson, células sanguíneas, tejidos
diversos etc. y que resolverán todos los problemas actuales respecto a los
transplantes de órganos y tejidos, incluidos los del rechazo inmunológico,
al poder utilizar como punto de partida las células adultas del propio
paciente.
Sin embargo, el gran escollo que plantea el desarrollo de estas
técnicas viene dado desde un punto de vista ético, ya que la obtención de
las células humanas pluripotentes lleva consigo la muerte del embrión
humano de la que procede.
Quiero creer, y en esto el Prof. Martel estaría conmigo, que somos
muchos los que pensamos que al mandato de Dios de no matarás,
ninguna persona puede arrogarse el poder de establecer excepciones, al
justificarse en este caso la muerte del embrión, por el buen fin de las
células pluripotentes. Como tampoco es admisible, desde el punto de vista
ético, que ante un diagnóstico prenatal de posibles alteraciones genéticas,
en un feto, se aconseje el aborto con la justificación de que es mejor
prevenir que curar, porque en este caso la prevención no es otra cosa que
la muerte de un ser humano en gestación.
Otra cosa sería, en lo referente al tema de la clonación terapéutica,
que se pudiese reproducir en un tubo de ensayo, el ambiente que
encuentran los núcleos envejecidos en los óvulos desnucleados, que les
permite esa marcha atrás de su reloj biológico, y se lograse con ello su
transformación en células pluripotentes. En este caso, desaparecerían las
objeciones que desde el punto de vista de la ética se plantean, al no existir
embriones humanos para ser destruidos.
Pasará todavía algún tiempo antes de convertir en realidad esta
esperanza de hoy, la de disponer de los medios necesarios para controlar
el envejecimiento de las células de nuestro organismo humano. De ahí
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