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M. ORTEGA MATA ANAL. REAL ACAD. FARM.
organización, consiguió del Ministerio de Educación que se me
permitiese simultanear durante un cierto tiempo ambos cargos. Esta
estrecha colaboración universitaria perduró hasta el momento de su
jubilación, en que tuve el honor de pronunciar las palabras de
ofrecimiento del homenaje que los compañeros de la Universidad le
tributamos en reconocimiento a la labor realizada.
Con ello quiero significar que el trato diario durante tantos años,
despachando asuntos y resolviendo los problemas de toda índole que
conlleva la marcha de una Universidad en fase de desarrollo y
consolidación, me han permitido conocer en toda su dimensión la
grandeza del Prof. Martel.
Tengo que reconocer que en esta última etapa de mi vida al
servicio de la Universidad, que siempre estuvo marcada por dificultades
de toda índole, la fortuna estuvo de mi lado, representada por la amistad
del Prof. Martel. En este punto y por su similitud, no puedo dejar de
mencionar a otros dos ilustres profesores, D. José Lucas Gallego y D.
Ángel Hoyos de Castro, Decanos que fueron de la Facultad de Farmacia
de la Universidad Complutense, con los cuales colaboré como Secretario
de dicha Facultad, y que me honraron también con su sincera amistad.
Con estas palabras quiero rendir homenaje, una vez más, en recuerdo de
ambos Académicos de esta Real Academia de Farmacia, profesores
universitarios en los que destacaban la bondad de sus caracteres, no
exentos de rectitud, la caballerosidad y la serenidad con la que afrontaban
los momentos difíciles y penosos. Colaborar con ellos ha sido para mí un
honor y forma parte de los mejores recuerdos de mi vida universitaria.
Del Prof. Martel yo destacaría en primer lugar su capacidad de
trabajo, que por supuesto no terminaba con su marcha diaria de la
Universidad, pues su despacho lo trasladaba a su casa. Llamaba la
atención ver al personal subalterno portando las carpetas de documentos a
su coche, que al día siguiente volvían de nuevo para seguir despachando.
Temeroso yo de que dicha práctica pudiese ocasionar en algún
momento, el extravío o deterioro de alguno de los documentos, se tomó el
acuerdo de que dichas carpetas para el trabajo en casa, sólo contuviesen
fotocopias de los documentos originales que permanecían en el
Rectorado.
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