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Sesiónes Necrológicas
de ti, pero ahora me has demostrado la gran- ría, y tú estás disfrutando ya de la eternidad,
deza de la amistad. Gracias por tu magisterio. por eso nada se acabó, sigues permaneciendo
Nos gustaba ir a los toros, algunas tardes con junto a nosotros, siempre en nuestras mentes
mis nietos y Javier, su hijo. Las corridas de re- y en nuestros corazones.
jones eran las preferidas, Javier disfrutaba Gracias por ese ejemplo de vida que nos has
mucho escuchando a Santiago, mi esposo. Tar- dado. ¡Te queremos!
des inolvidables, disfrutábamos con ese arte Descansa en la paz del Señor.
singular y único, efímero e irrepetible, que He dicho.
exalta valores cuales el valor, la creatividad, la
toma de decisiones, el compañerismo, que nos EL COMPAÑERO ACADÉMICO
permitía emocionarnos estéticamente. En ese Antonio Rodríguez Artalejo
ruedo donde frente a frente vida y muerte se
retan mirándose fijamente a los ojos ¡la vida Excmo. Sr. Presidente de la Real Academia Na-
misma! ¡Nos crecíamos en el castigo! ¿te acuer- cional de Farmacia.
das Suso? Excmos. Sres. académicos.
Creo que el Señor elige siempre a los mejores. Querida familia y amigos del Excmo. Sr. D.
Pero te fuiste pronto, y lloro tu ausencia, aun- Jesús Pintor Just.
que siempre siento tu proximidad: Señoras y Señores.
Me gustaría que mis primeras palabras fueran
Temprano levantó la muerte el vuelo de agradecimiento a esta Corporación por la
temprano madrugó la madrugada…que tene- oportunidad de intervenir en esta sesión en me-
moria del Excmo. Sr. D. Jesús Pintor Just, co-
mos que hablar de muchas cosas lega, compañero de claustro y, sobre todo,
compañero del alma compañero…. amigo y compañero académico, pues he tenido
Que cantó Miguel Hernández. la fortuna de disfrutar de esa cuádruple condi-
Si el fin supremo del hombre es la felicidad que ción. Fortuna que no mérito, ya que de mi con-
dijo Aristóteles en su obra Moral a Nicómaco, y dición de amigo y compañero académico
obrar bien es sinónimo de ser dichoso, Suso fue posiblemente él fue más responsable que yo.
dichoso porque siempre obró bien y en ese
obrar quiso, evocando a León Felipe:
Ser romero, solo romero…pasar por todo una
vez, una vez solo y ligero, ligero, siempre li-
gero…
A veces uno inquiere, recordando a nuestra
admirada Rosalía de Castro:
¿Es verdad que todo
para siempre acabó ya?
No, no puede acabar lo que es eterno,
ni puede tener fin la inmensidad.
Querido Suso, para ti, como para mí, la muerte
no es el final, las almas de los justos están en
manos de Dios, que dice el Libro de la Sabidu-
Real Academia
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