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S. MURO  ANAL. REAL ACAD. NAL. FARM.

concentración muestra los mismos picos de subida que los anteriores
contaminantes que, aunque es baja, desde el punto de vista sanitario, sí
afectan al deterioro de los monumentos, pues con gran rapidez se
transforman en CO2 que incrementa el ya existente (procedente de los
motores de explosión). El dióxido de carbono (CO2) es un óxido muy
soluble en agua. De forma casi inmediata se convierte en ácido carbónico
(H2CO3) que reacciona con el material de los monumentos y forma
depósitos de carbonatos.

     Por otra parte, parece evidente que el agua que riega las fuentes, al estar
en contacto directo con la piedra ornamental, sea la causa fundamental de su
degradación. En algunos casos, filtrándose por los poros de la piedra, ha
oradado las figuras, produciendo el efecto de verdaderos taladros (caso de
las Cuatro Fuentes de los Tritones). El agua circula en circuito cerrado gran
parte del año (185 días) y, según datos del Ayuntamiento, presenta un
carácter bicarbonatado y sulfatado, lo que es explicable por la disolución de
contaminantes de la atmósfera de ese lugar (CO2 y SO2 ).

     Las aguas son renovadas cada 15 días; por tanto, su pH varía, lo que
provoca periodos de mayor disolución de las sales (especialmente
carbonatadas) y otros de precipitación de ellas sobre las figuras. Estas
mismas aguas favorecen la proliferación de algas y musgos, en las zonas
más húmedas, con lo que se aumentan la suciedad y la degradación de las
rocas. Así se pone de manifiesto en la fuente de Apolo (fig.3) y en las de los
Tritones (fig. 4).

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