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VOL. 67 (3) 2001           REGULACIÓN DEL CRECIMIENTO

(23). Un buen candidato podrían ser los factores de crecimiento similares a
la insulina (IGFs). Éstos péptidos disminuyen con la subnutrición, están
implicados en el crecimiento del cartílago, y son secretados en el cerebro.
En circulación periférica no parecen aumentar cuando se relanza el
crecimiento, pero sabemos muy poco de lo que ocurre en el cerebro.
Recientemente, en un modelo de subnutrición que estudiamos en mi grupo,
dentro de un proyecto de investigación de la Comunidad de Madrid, en el
cual intentamos reproducir una situación de malnutrición en ratas, parecida
a la anorexia nerviosa humana, y que es realizado en colaboración con el Dr.
García Segura del Instituto Cajal del CSIC (24), hemos encontrado en
dichos animales subnutridos aumentada la expresión del mRNA del receptor
del IGF-I en cerebro. Son unos primeros datos que sugieren un posible papel
de estos péptidos regulando el balance energético en el cerebro. Estos
resultados parecen completar otros, existentes en la literatura científica, que
muestran que el IGF-II implantado en el núcleo arcuato provoca una
sensación de saciedad, más grande que la que produce la insulina.

6.- CONCLUSIONES FINALES.

        Estamos pues, comenzando a entender el control cerebral del
balance energético, el cual, a su vez, regula el crecimiento. Existen sin duda,
en el momento actual, grandes lagunas de conocimiento. No conocemos las
rutas moleculares que se producen en el cerebro post-receptor de substancias
orexigénicas y anorexigénicas. Tampoco sabemos donde se sitúan en el
cerebro los centros superiores que integran las señales que vienen de los
núcleos hipotalámicos y deciden la conducta de comer. Tampoco
conocemos el sitio exacto, ni el mecanismo molecular por el cual la leptina
o los esteroides adrenales o gonadales regulan la secreción del neuropéptido
Y; aunque parece ser en el núcleo paraventricular. Así pues, estamos
comenzando el conocimiento de cómo se controla el balance energético a
nivel central, y ello nos llevará, sin duda, en el futuro a poder prevenir el
retardo de crecimiento intrauterino que es un factor de riesgo para
enfermedades cardiovasculares y diabetes mellitus en edad adulta. Por otra
parte, estos conocimientos conducirán a poder controlar la obesidad
patológica la cual es un factor de riesgo de muchas enfermedades, y muy
dificil de combatir actualmente. Sin embargo, estos estudios permiten ya

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